La cuestión del poder

Párrafos finales del discurso de Altamira

“Compañeras y compañeros, el hilo de todo lo que voy diciendo ya nos permite llegar a la conclusión de que esta reestructuración piquetera de la clase obrera, en el peor momento de su historia, en las peores condiciones sociales de su existencia, ha sido un elemento revolucionario para la clase obrera y un elemento que está revolucionando el conjunto de la sociedad. No se trata sólo de una constatación teórica. Conozco a una persona que por no opinar como el Partido Obrero perdió la presidencia de la República.


“Cuando el Partido Obrero decía que el movimiento piquetero estaba revolucionando a la Argentina y que, como dice la Biblia, estaba convirtiendo a la Argentina a su imagen y semejanza, es decir en un gran piquete, un presidente que se llamaba De la Rúa decía que no, que el movimiento piquetero era una minoría, que no tenía proyección lo que lo llevó, el día 19 de diciembre, a declarar el estado de sitio. Lo hizo porque vio una oportunidad maravillosa para plantearle a la clase media argentina la disyuntiva entre los vándalos y saqueadores de supermercados, y el gobierno, defensor de los saqueadores de los depósitos en los bancos. Pero después de pensar nada más que 60 minutos – ese fue el tiempo que le llevó a la clase media meditar para qué lado iba a patear – , la clase media decidió que entre los saqueadores de arriba y los saqueadores de abajo, los vándalos de arriba y los de abajo, ella iba a marchar con los vándalos de abajo, contra los vándalos de arriba, y esto fue la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre.


“Esa jornada, enlazada de esta manera, nace de la unidad histórica del movimiento piquetero y de las asambleas populares, que es la alianza política que llevará a la clase obrera argentina al poder.


“Hasta las 13 horas del día 20 de diciembre, hubo una manifestación de la clase media contra el estado de sitio y en solidaridad con los piqueteros; pero cuando Mathov y Santos lanzan a la policía contra la clase media y empieza la lucha callejera de la ciudad, la juventud piquetera de Avellaneda, de Lanús, de Lomas Zamora, de Témperley, de San Fernando y de Tigre, baja al centro de la Capital a poner el pecho y a defender a la clase media contra la represión policial; lo mismo los motoqueros y los trabajadores. Por eso se equivocan los que dicen que el 19 y 20 de diciembre fue un acontecimiento exclusivamente de la clase media. En el momento fundamental, el desocupado del Gran Buenos Aires o el desocupado de la zona sur de la capital, que no tiene los 70 centavos para viajar en colectivo para ir a buscar trabajo, se las arregló para llegar a Diagonal Sur, para llegar a la Avenida de Mayo, para llegar a Diagonal Norte o para llegar a la 9 de Julio, para pelearle a la policía el dominio de la Plaza de Mayo hasta voltear al gobierno de De la Rúa.


“Como ustedes ven, una divergencia teórica escondía el destino del gobierno, porque De la Rúa pensaba que los piqueteros no habían revolucionado todo el movimiento social del país. Pagó con la pérdida del gobierno su error teórico, su error de caracterización; de manera que cuando el PO está diciendo que en la Argentina hay una crisis de poder, que se ha planteado el problema del poder, no está utilizando una figura retórica. Lo dijimos mucho antes del 19 y el 20, lo confirmamos el 19 y el 20, y la proyección del 19 y 20 plantea un problema de poder. Lo que está planteado en la Argentina, es quién va a reorganizar este país, porque la organización capitalista de este país está quebrada, y en la discusión de quién la va a reorganizar el tema es quién va a tener el poder, quién toma el poder; de eso dependerá quién la va a reorganizar.


“Lo reorganizan ellos y Argentina entra en un período de declinación que la va a colocar en los niveles de civilización de Africa, porque va a significar un retroceso de proporciones jamás vistas en el nivel de vida, de futuro, de salud, de educación, de civilización de la clase obrera argentina. Los capitalistas nos van a hacer pagar gota por gota la sangre que va a costar la reestructuración del sistema bancario, es decir, reponer los capitales quebrados de los grupos bancarios y financieros. Va a haber que reponerles el capital a Telecom y Telefónica, con un aumento tarifario que el presidente de Perez Companc ha calculado del orden del 300%, con salarios que no subirán de los 150 pesos, porque para esta gente este salario del plan Trabajar no es un salario de desempleo, sino un salario de empleo, y están ofreciendo trabajadores por 150 pesos a las empresas. En Buenos Aires, los hospitales del Gobierno de la Ciudad, en el área de la salud, están contratando trabajadores del plan Trabajar para reemplazar a trabajadores del Sindicato Municipal en el trabajo dentro de los hospitales; y lo mismo está ocurriendo en tareas de construcción de los barrios: las empresas contratistas están echando a los trabajadores de la Unión Obrera de la Construcción con intención de tomar trabajadores del plan Trabajar; en lugar de pagarles el salario de convenio, pagarles 150 pesos. Esto ocurre en chiquito, porque ni los trabajadores permiten que esto ocurra ni nosotros, del Partido Obrero, lo permitimos tampoco; pero éste es el destino estratégico del capital.


“Si nosotros tomamos el poder, si nosotros damos una solución a este problema, ellos pagarán el derrumbe capitalista, los dueños, los propietarios capitalistas pagarán el hundimiento de su régimen social. Porque de eso estamos hablando, del hundimiento del capitalismo. ¿Dónde han visto ustedes un capitalismo con todos los capitales en quiebra? ¿Dónde han visto ustedes un capitalismo, es decir un mercado capitalista, en el que existen 15 monedas diferentes, según la provincia, con las cuales se pueden comprar algunas cosas sí y otras no, y en la mayor parte de los casos con un descuento sobre el valor nominal de esa moneda? ¿Dónde han visto un sistema bancario que en lugar de tomar dinero del público y prestárselo a otros capitalistas para la producción, recibe dinero del Banco Central para comprar dólares y fugar los capitales del país?


Es una descomposición total y completa del sistema capitalista. Y si alguno me dice que el capitalismo no funciona sólo en la Argentina, y que por lo tanto el problema es de la Argentina y no del capitalismo, lean los diarios de hoy, el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, como consecuencia de la quiebra del monopolio cuyo capital es tan grande que es igual al de toda la República Argentina entera, como Enron, como WorldCom; grandes pulpos que entre todos valen 150.000 mil millones de dólares, y la Argentina hoy produce 120 mil millones de dólares. Es decir, es un fenómeno mundial, fenómeno que afecta a Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay, Colombia, Venezuela, toda América Latina; por lo tanto, es una crisis de la dominación capitalista y la salida de la dominación capitalista es la victoria de la revolución de los trabajadores. Si no triunfan los trabajadores, si los capitalistas se recomponen, ello sería un retroceso mayúsculo histórico para la clase obrera y para el conjunto de la sociedad, porque en definitiva, lo que hay de bueno dentro de esta sociedad capitalista, es lo que le queda de salud pública, lo que le queda de educación pública, lo que le queda de cultura y de creación, es el fruto de 100 años de lucha del movimiento obrero argentino.


“… Por un lado, las asambleas populares junto al movimiento piquetero; por el otro, los piqueteros organizándose y trabajando con el método de las asambleas populares. El cuarteto de piqueteros, sindicatos combativos, asambleas populares y fábricas ocupadas; ésta es la base con la cual el Partido Obrero plantea en concreto el problema del poder; que esa base lance al conjunto del país la lucha política por echar al gobierno y por una Asamblea Constituyente, y entonces tenemos el programa, el método y el sujeto para la lucha por el gobierno obrero en la Argentina. Ese es el planteamiento del Partido Obrero.


“Compañeros, el Partido Obrero no puede ser más concreto en el planteamiento del poder. El Partido Obrero ha recogido de la calle esta tendencia a la lucha por el poder; está en la calle, en las asambleas populares, en los piqueteros, en las fábricas ocupadas. La función de un partido revolucionario no es inventar de nuevo la pólvora, sino darle expresión a lo que es la creación colectiva del pueblo al cual ese partido revolucionario indisolublemente pertenece y está indisolublemente ligado.”