La estafa del Vale-Ciudad

Compañeros:


¿Cuál puede ser el motivo para reemplazar los bolsones por bonos?


El motivo que podría aducir el Gobierno de la Ciudad es que los bonos permiten elegir la mercadería que se compra. ¿Será cierto? ¿Desde cuándo al Gobierno le importa si podemos elegir o no? ¿Por qué se molestan entonces en imponer esos bonos? La respuesta obvia es que los bonos son para ahorrar plata. Son una manera de quitarnos incluso las migajas que nos están dando. A los bonos se los va a comer la inflación. Tal vez algunos compañeros no tengan en cuenta que el pan, la leche, los fideos y la carne aumentaron un 100% desde diciembre. A los bonos no los va querer aceptar nadie porque los comerciantes van a descubrir que es un desastre poder cobrarlos. A los bonos solamente los van a aceptar en algunos supermercados que van a aumentar los precios aún más y que nos van a obligar a caminar inútilmente.


También puede ser que al gobierno le moleste que el reparto de los bolsones esté en manos de asambleas y organizaciones populares; sin embargo, el objetivo principal es podar presupuesto. ¿Y para qué quiere el Gobierno de la Ciudad hacer un ajuste? Para pagar deudas de cientos de millones de dólares que vienen de la época de Menem y De la Rúa. Que no son legítimas y que no son legales porque se trata de contratos falsos y negociados. Y aunque todo el mundo lo sabe, igual hay que pagar. Porque Ibarra paga las deudas de sus amigos a costillas del hambre de los trabajadores, igual que el gobierno de Duhalde que pretende gobernar y ni siquiera fue electo para eso.


No es suficiente que conservemos los bolsones, eso es solamente una maniobra defensiva. Tampoco es suficiente con reclamar más bolsones y de mejor calidad; sigue siendo defensivo. Tenemos que administrar nosotros, tenemos que controlar cómo gasta la guita el gobierno y cómo cobra impuestos. Tenemos que empezar a reunirnos con los funcionarios y que rindan cuentas. Tenemos que usar la guita de la municipalidad para crear empleos de verdad con sueldos de verdad para todos los desocupados.


Para cumplir con esta tarea propongo que cada asamblea, organización popular o comedor envíe sus delegados (mejor que sean dos) con mandato y crear una coordinadora que sea nuestra cámara de diputados. La única exigencia para la coordinadora debe ser que cada delegado tenga el mandato explícito de su agrupación y que ningún paso pueda darse sin la aprobación de las organizaciones de base.


En lo inmediato la coordinadora debe dar a conocer a los medios de comunicación la situación en que estamos: desocupados y viviendo de unos bolsones que están en peligro. Además, debe organizar una marcha y pedir explicaciones, pero que no sean palabras, sino documentos oficiales y firmados. Para empezar, no debemos aceptar la desaparición de los bolsones. Es esencial que sepamos cuánto le cuestan a la municipalidad, adónde va la plata y quiénes son los grandes contribuyentes y las empresas que evaden impuestos.


Así como las fábricas que cierran son ocupadas por los trabajadores, nosotros podemos hacernos cargo de una ciudad que no funciona.