La izquierda y el “problema” piquetero

En su carta sobre la izquierda y los piqueteros (Prensa Obrera N° 861), el “Vasco” Bustingorry pone reparos a la hora de admitir que un retroceso piquetero implicaría un avance del capital (“Aún si admitiéramos…”) Sin embargo, un retroceso piquetero, sea por la vía represiva o por su cooptación por parte del Estado, representaría un innegable ascenso de la burguesía y el capital sobre los sectores en lucha. Una incorporación masiva al empleo sería una victoria piquetera, esta vanguardia pasaría a actuar dentro de las fábricas. ¡Es lo que viene ocurriendo en Caleta Olivia, como consecuencia de ocupaciones de las plantas! No admitir estas conclusiones negaría la contradicción entre piqueteros y capital para poner esperanzas en el capitalismo en cuanto solución del descalabro social, político y económico.


Sí el capitalismo puede generar empleo y bienes­tar para las masas oprimidas no hará falta derrocar­lo, simplemente alcanzará con una mejor “distribu­ción del ingreso”.


Según Bustingorry, más y más piquetes generarían más y más rechazo por parte de la población no piquetera. Ahora bien: más y más piquetes son impensables sin más y más sectores que se sumen a la lucha, incluida la clase media. Esto sería el resultado, como ya ocurrió entre el Santiagueñazo de 1993 y el Argentinazo del 2001, del fracaso de la burguesía nacional frente a la crisis.


Dice el “Vasco" que cortar rutas no determina un programa de clase, pero si el corte obedece a una lu­cha de clases, claro que lo es. Por eso hasta Moya­no está forzado a hacer piquetes luego de haber de­clarado que estaban agotados. Lo determinante, al final, es el programa que impulsa esa metodología; nos referimos al programa obrero clasista de la ANT.


El mentado "consenso" se debe buscar, no a costa de la lucha sino por medio de ella, como viene ocurriendo con los deudores hipotecarios, los ahorristas y los campesinos (Santiago). Lo contrario (es decir, abandonar la lucha y negociar el programa para seducir a la pequeña burguesía influenciada por los medios de comunicación) es condenar a los piqueteros y a la clase obrera a una segura derrota.