La polémica en torno a Leonardo Favio

Sociales-La Carnicería

Compañeros de Prensa Obrera:

Escribo para sumarme al debate que está teniendo lugar en las páginas de nuestro periódico respecto de Leonardo Favio. Entiendo que la discusión es muy importante porque no siempre hay lugar para discutir respecto del análisis marxista sobre el arte.

Dicho esto, comparto muchas de las críticas que realiza el compañero Julián sobre el artículo de Judas, en donde se abusa de las abstracciones para, en realidad, hacer una defensa, a mi entender un tanto vacía, respecto de Leonardo Favio (autor, debo aclarar, del que no conozco mucho). Asimismo, tengo completo acuerdo con el programa político que Julián levanta para los artistas, con una perspectiva independiente.

Sin embargo, cuestiono la idea de que “ese programa se gesta en las huestes del cine militante”. Porque no se trata de la forma que adquiere la obra y su contenido, sino de la independencia política del artista, que sintetiza la compresión del mismo sobre la imposibilidad de que el arte se desarrolle en la medida en que los artistas acoplen sus intereses a las patronales del espectáculo y al Estado.

Es decir, los marxistas defendemos la independencia moral y política del artista, no una determinada estética, ni un determinado lugar de difusión (basta recordar la polémica de Diego Rivera y el mural de los Rockefeller, donde Trotsky explica que bajo el capitalismo el arte siempre terminará en manos burguesas, que son quienes lo pueden adquirir, pero el artista debe mantener su independencia respecto de sus patrones).

Dicho esto, quiero agregar que sería ingenuo pensar que sólo el cine militante es una forma válida de denuncia y critica de la sociedad capitalista. ¿Acaso “Tiempos Modernos”, de Chaplin, es cine militante? Por ese motivo, la crítica a Leonardo Favio sería en torno a si levanta un programa independiente o no para los artistas; si no, me parece que semeja al stalinismo, que busca determinar las formas en vez de plantear una perspectiva de superación para el arte.

Compañeros, yo creo que no es una cuestión de estética y contenido, sino de independencia moral y política. De esa manera, se abre paso el arte revolucionario. Saludos revolucionarios,