Las condiciones de superexplotación en Rappi, desde adentro

El testimonio de un “Rappitendero”.

Buenas tardes, gente de la Prensa Obrera.


Hoy, a raíz de toda la problemática de los trabajadores de aplicaciones, que nuevamente sale a la luz, decidí escribirles un sincero texto. Aquí les cuento un poco de qué va esto de ser "Rappitendero", como la empresa colombiana gusta llamar a sus "colaboradores o socios". Hablo a partir de mis vivencias, de mi experiencia, del día a día. Yo soy uno de esos tantos que ven por allí, dándole duro al pedal, recorriendo kilómetros y kilómetros para llegar a tiempo a dónde Rappi nos mande, ganando, desde hace más de año y medio, los mismos y miserables $40 por pedido entregado. Sí, esa es la base que la empresa paga a sus repartidores hace muchísimo tiempo. Pero hay ciertas horas, consideradas como de “alta demanda”, donde se sienten generosos y la tarifa pasa a ser de $45 por cada orden finalizada; súper mano suelta, ¿no les parece? Un pago miserable, hagan cuarenta grados de temperatura o cinco bajo cero, llueva o truene, con viento a favor o en contra; no importa, lo primordial es llegar a tiempo, y con los productos intactos, por la misma remuneración. Algunos dirán “no, si cuando llueve pagan mejor”: no siempre es así, cuando pueden se hacen los tontos.


Rappi es una empresa que arrastra miles de miserias, y esconde su corrupción detrás de ciertas libertades que otorga. Ellos se jactan de ser una súper app, súper moderna. La única ventaja verdadera que hoy ofrece su plataforma es la de conectarse, es decir activarse para trabajar, cuando uno quiere hacerlo, y desconectarse cuando ya no querés seguir laburando. Es una gran virtud, cierto, pero nada justifica todas las injusticias que se esconden detrás de esa única libertad, comenzando por la ya mencionada tarifa base por pedido.


Para ser más prolijo, voy a marcar un par de puntos de lo que sucede hoy con la mega app Soy Rappi (la que usamos los repartidores para trabajar).


A kilómetros de la seriedad


Hace un tiempo, luego de una serie de protestas y reclamos, Rappi comenzó a pagar un supuesto recargo por distancia, aunque nunca dejó bien en claro de cuanto sería esa tarifa por kilómetro. La verdad es que el monto pagado por distancias recorridas es un verdadero chiste: suelen pagar el valor de $1, o menos, por cada kilómetro, y muchas veces no pagan absolutamente nada.


Libertades que no son tales


Desde la empresa se enorgullecen al decir que el repartidor es libre de tomar o no un pedido. Entonces, si el viaje es muy lejos, o a una zona peligrosa simplemente no lo tomás. Pero ¿qué pasa cuando dejamos pasar, o ignoramos, un pedido que aparece en nuestra pantalla? Simple: si no te necesitan de urgencia, te bloquean (no te vuelven a mandar un pedido) por alrededor de 40 minutos; unos amigos. Pero puede pasarte algo peor: Rappi suele colocar direcciones falsas, cercanas entre punto de recogida y punto de entrega. ¿Qué ganan con eso? Que confiado, por ser una distancia corta, algún repartidor tome esa orden. Luego Rappi se comunica con el trabajador vía chat o por una simple notificación, avisando sobre el cambio de dirección, que pasa de ser un pedido de un kilómetro a uno de cinco, o más; te obligan a hacerlo. Si te quejás o reclamás te dicen que continúes con la orden o liberes (canceles), lo que significa una sanción de más de una hora sin recibir pedidos por no haber cumplido con la entrega. Además, como si fuera poco, te cargan la deuda, es decir, te cobran el valor total del producto que debiste haber retirado, teniendo que generar un reclamo, con miles de idas y vueltas, para que te quiten dicha deuda.


La verdad absoluta es que hoy sobramos. La empresa tiene muchísimos repartidores, muchos más de los que en verdad necesita, y es por eso que no les importa en lo más mínimo bloquearnos por horas, días, semanas, o de forma definitiva. Pasa todo el tiempo y jamás dan explicaciones claras de los motivos de esos bloqueos. Nunca te enterarás el porqué. La verdad es que ni ellos lo saben, por lo general son completamente arbitrarios.


Pedidos cancelados


Muchos de los pedidos cancelados generan deuda, es decir, nos los cobran a nosotros. Para eliminar dicha deuda debemos tomarnos el trabajo, por los mismos miserables $40, si tenemos suerte de que nos los paguen, de ir hasta la oficina de Rappi, esperar allí hasta que tengan ganas de atendernos y entregarles los productos cancelados. Si no hacés la devolución te arriesgás a que te bloqueen la cuenta (…) Porque esa es la verdad: prefieren tirar esos productos a que el repartidor, que está pedaleando bajo el sol que pega fuerte, se los pueda llegar a comer para recuperar un poco de energías. Así de humanos y considerados son.


Ganancia cero


Si tuviste la mala suerte de tomar un pedido, y al llegar al lugar de recogida la tienda está cerrada, no tiene los productos, o simplemente no quiere entregártelos, tu ganancia será de $0. No importa si recorriste 3 kilómetros para buscar el paquete, si perdiste media hora o más para llegar hasta allí.


Las demoras en los puntos de recogida


Estas suelen ser eternas, y son cosa de cada día. Es que a Rappi no le interesa que perdamos nuestro tiempo esperando en un restorán. Pueden ser demoras de media hora, 45 minutos, una hora, o incluso más. Tiempo perdido, ya que no nos pagan por espera, sino solo por pedido entregado. Los mismos $40, esperes lo que esperes.


Se preguntarán ¿qué culpa tiene Rappi?, y yo les contesto: ¡TODA LA CULPA! La app nos manda a retirar los productos cuando aún falta muchísimo tiempo para que estén listos, aunque también hay que mencionar que muchos comercios disfrutan de hacernos esperar, les da igual, nosotros no les generamos ningún gasto, y a muchos les divierte nuestra frustración. La solución, muy simple, un botón en la app de los bares, el cual presionen sólo cuando el producto esté listo para retirar. Chau a las largas e interminables esperas. Hoy somos muchísimos trabajadores, ya que la empresa ingresa gente indiscriminadamente, todos los días, sin importarles la baja demanda, motivo por el cual hay uno o varios repartidores en cada cuadra de la zona de cobertura, todo el tiempo, por lo que es imposible que no tengan repartidor para un pedido; es tocar ese botón, que no existe, y tienen un rappitendero en el mostrador de su comercio en menos de un minuto; se los aseguro.


La app que peor funciona


Desde hace meses, cuatro aproximadamente, la app funciona peor que nunca, teniendo en cuenta que nunca anduvo bien. No notifica los pedidos, es decir no suenan, o aparecen en pantalla ya como ignorados, lo que genera el bloqueo de 40 minutos por no haber tomado una orden que nunca se anunció. Súper injusto.


No pagan algunos pedidos, si no te diste cuenta fuiste. Prometen ganancias extras que a veces se niegan a pagar. Ofrecen pagos adicionales por realizar cierta cantidad de pedidos en días y horarios específicos (durante los fines de semana), pero luego se olvidan de hacer efectivo el bono. En fin, estos incentivos son una broma de mal gusto, ya que generalmente son inalcanzables, y por montos de dinero miserables.


Tu antojo, mi frustración


Rappi promete a sus clientes llevarles lo que sea. Para ello tienen una función especial, a lo que llaman “antojo” o “Rappi favor”. Lo cierto es que tomar este tipo de pedidos es lo peor que te puede pasar. La tarjeta de débito que otorga Rappi para que hagamos esas compras nunca funciona, sumado a que la app se traba todo el tiempo y nunca deja avanzar al siguiente paso. Los precios de los comercios no coinciden con los de la app, y miles de problemas más que hacen de este tipo de pedidos una pesadilla. Siempre terminan siendo pedidos cancelados. Y obvio, no te olvides, todo por una ganancia de $0.


La propina, lo que Rappi se suele quedar


Lo que puede hacer que un pedido esté medianamente bien pago es la tan ansiada propina que algunos clientes dan. Malas noticias: no siempre nos las dan. Rappi suele quedarse, muy seguido, con parte, o con el total, de la propina que se supone debería ser 100% nuestra. En pedidos que me figuraban con la tarifa base, clientes me han enseñado su app con montos de propina que nunca me pagaron. Un fraude.


En los viejos tiempos, cuando las capacitaciones eran presenciales (hoy en día es todo online, así meten mayor cantidad de gente a trabajar) explicaban que la aplicación Soy Rappi era una herramienta para conectar a clientes con repartidores. Que ellos, como empresa, sacaban sus ganancias de las comisiones que pagan los negocios por trabajar con la app (algo del 30% del valor total de cada producto que se mueve por medio de la plataforma), que el total de pago realizado por el cliente iba para nosotros, que Rappi no tocaba ni un centavo de lo que el cliente pagaba por el servicio. Otra enorme mentira. Rappi siempre se queda con un porcentaje de nuestras ganancias.


Miseria en combo


Rappi nunca deja de sorprendernos. Resulta que a los fanáticos del ahorro se les ocurrió hace un tiempo que podían enviar a cada repartidor de a dos, tres, o más pedidos de una sola vez, a lo que ellos llaman “paquetes de pedidos”. También se les ocurrió que recibir más de un pedido a la vez era un esfuerzo menos para el repartidor, una ganga. Y la idea más deslumbrante fue la de pagar menos por cada pedido dentro del paquete. Si tenés dos pedidos que llegan juntos, siendo la base de cada uno de $40, la ganancia total debería ser de $80 entre ambos; pero Rappi te pagará, con suerte, unos $65 por realizar ambas entregas, $70 si están de buen humor. Sean para retirar en el mismo local, o en lugares diferentes, eso ya no les importa. Haya que entregar uno cerca de otro, o a kilómetros de distancia, tampoco parece relevante. Que nos envíen pedidos que nada tienen que ver entre sí en un mismo paquete pareciera ser una súper ventaja para nosotros, pero las largas demoras en los negocios y las bajas tarifas son moneda corriente para ellos, eso no interesa. Y eso no queda ahí. Si en el lugar que estás retirando el primer pedido te demoran, don Rappi te quita el segundo pedido por no haber llegado a tiempo a la tienda. Es ridículo, ¿acaso nosotros tenemos la culpa de las demoras de los restaurantes?


A todo esto, y por todo lo contado, varios se preguntarán “¿y si es tan así, si los explotan tanto, si están tan desconformes, para qué siguen trabajando ahí?”. Muchos afirman: “todavía que les dan laburo se quejan, nada les viene bien”. La triste realidad es que en épocas como esta, donde el trabajo escasea, y la inflación nos atormenta, a muchos no nos queda otra. No hay opción, no existe alternativa. La mayor parte de mis compañeros está en busca de un trabajo digno, bien remunerado, pero eso no es tarea fácil. En Rappi trabajamos personas con educación universitaria, que hemos estudiado para tener mayores posibilidades. Lamentablemente nada es tan simple como parece, hay que sobrevivir, y esto es lo que nos queda mientras con ansias soñamos con algo mejor. De esta situación es de la que empresas como Rappi se abusan, ellos juegan con la necesidad de la gente, sacan provecho de esta triste realidad.


Dando fin a este correo, y para resumir, los trabajadores de la aplicación Soy Rappi reclamamos una mejora real y significativa en la tarifa base pagada por pedido. Basta de bloqueos injustificados y de deudas por pedidos cancelados. Correcto funcionamiento de la app Soy Rappi. Basta de paquetes de pedidos mal pagados. Solución a las demoras excesivas en los puntos de recogida. Pago real por kilómetros recorridos. Poder escoger con total libertad y sin consecuencias (sin bloqueos) cuáles pedidos tomar y cuáles no. Basta de incentivos/promociones basura. Basta de robar parte de nuestras ganancias y tomar nuestras propinas.