Los pibes de Cromañón


Los Pibes. Dicharacheros. Felices. Espontáneos. Ruidosos. Desbordando vida. Deambulan. Solos o en grupos. Con sus miradas frescas enarboladas. Indagando. Titilando ansia de reencuentro. Sed de Rock. Inexorables. Marchan a pasos raudos hacia su destino. Los Callejeros los esperan: “por los sueños que se hundieron allá…”.


 


Gritan. Cantan. Se ríen. Sueñan. Apabullan. Se sintonizan en clave de amor. Desean prolongar su alegría en luz… “Mi ilusión es la ilusa que ve salvación. Mi ilusión es mi estrella, mi Dios, mi razón…”.


 


Pero silenciosa. Encerrada. Oculta por la avaricia del lucro y la corrupción de mercaderes y funcionarios asesinos, la trampa fatal los espera. Hasta que el horror del Mercado y la corrupción se desnudan: la vida sólo tiene el valor de sus tasas de ganancia y retornos. El dolor cunde por doquier. Las almas puras se agitan y claman entre voces evanescentes. La dulce mano tendida da su vida. Mientras los autores del holocausto calculan pérdidas actuales y futuras. Intentan zafar de tanto alarido inoportuno que amenaza su fiesta genocida. De tanto roquero inconsciente, que desoyendo sus consejos, encendieron las bengalas que podrían quemar sus negocios criminales. ¿Qué importa ahora si ellos mismos las pusieron en sus manos?… “las ratas que estafan y zafan son muchas. Y son las que bendicen sus miserias al final…”.


 


La noche se aquieta… “brillan fantasmas y en la sombra quedo yo. Se queman gargantas con la niebla y el calor…”.


 


Y otra vez el sol que persiste. Como la verdad. Las hojas que agitan la tristeza del aire. Se ilumina en lo alto la sonrisa magnética de Agustina. El brillo apelante en las pupilas perennes de Guido. Las voces firmes de Julián, Pedro, Jacqueline… “mi existir es viajar por tu oído y gritarte siempre que hay verdad…”.


 


La brisa fresca de los pibes sostiene los corazones desgarrados. Y se transforma en “otro viento mejor”. En mareas humanas callejeando. Reclamando Juicio y Castigo. Trayendo sus cantos acendrados. Su luz vital e indeleble surcando lágrimas y broncas incontenibles. Pero también voces reivindicativas. Sonrisas de resistencia.


 


Los Pibes de Cromañón ya son vendaval de Justicia. Estrellas, soles y cometas que guían nuestros corazones.


 


Los Pibes de Cromañón están más presentes que nunca.


 


Sus pasos son nuestros pasos. Su alegría, nuestras sonrisas. Sus miradas, nuestra luz.


 


Su verdad, nuestro sostén.


 


Su rebeldía, nuestra voz.


 


Justicia.


 


(Las frases entre comillas pertenecen a canciones del grupo Callejeros.)