Correo de lectores
9/1/2019
Lucha en el Ingenio Ñuñorco
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El pueblo de Monteros (Tucumán) se encuentra movilizado en apoyo a los obreros del Ingenio Ñuñorco. La localidad, ante la incertidumbre de no saber si el ingenio molerá en el 2019, fue escenario de una multitudinaria movilización en defensa de las fuentes laborales.
“El ingenio Ñuñorco, erigido a escasas cuadras de la plaza principal de la ciudad cabecera del municipio, marcó el impulso de la vida social y política de la región desde su primera molienda en 1929 hasta la actualidad” (Historia del municipio de Monteros). “En esas circunstancias, un sector de productores cañeros de Monteros cansados de depender de los dueños de los ingenios azucareros de la región para la molienda de su caña de azúcar y de los pagos insuficientes por su materia prima, comenzaron a organizarse con el propósito de industrializar ellos mismos su producción (...) El 8 de junio de 1929 se inauguró el ingenio de la Unión Cañeros Azucarera Monteros Limitada. Con el concurso de la Caja Popular y el Banco de la Provincia”.
Aunque su fundación y objetivos estuvieron al servicio de los cañeros, los protagonistas principales van a ser los obreros y empleados: “en noviembre de 1979 la crisis estalló cuando el Ñuñorco entró en cesación de pagos y no abonó a los cañeros y a los obreros. Esta situación impactó en la población, que se organizó en defensa de la fuente de trabajo”. Era plena dictadura militar. “El 24 de febrero de 1980, frente a la amenaza de que no moliera el ingenio, los obreros y empleados llevaron a cabo un paro de brazos caídos por tiempo indeterminado. Exigían el pago de dos meses de salarios adeudados, la reanudación de los servicios sociales suspendidos y implementación de medidas que permitiesen superar el ahogo financiero (...) Lejos de amedrentar a los obreros, el intento de la dictadura de aplacar la protesta generó la reacción contraria. Al día siguiente la huelga se extendió y fue apoyada por el comercio de Monteros que cerró sus puertas por 24 horas en solidaridad”. La población, en 1985, va a protagonizar una marcha hacia Plaza Independencia. “En los inicios de la década de 1980 comenzó una historia que parecería repetirse de forma clínica”: los arriendos.
Sus trabajadores, hoy, están en protesta por falta de pago y despidos. “Los obreros aguantaron durante toda la zafra la manera que Colombres les ha estado pagando, ya que los salarios no estaban al día, la mitad en negro y la mitad en blanco” (El Monterizo). Los trapiches no fueron desarmados, ni se constató cuales son los daños que presenta la maquinaria. Las piezas ya tendrían que estar en una metalúrgica para la puesta a punto de cara a la zafra, a mediados del 2019. Se cierne una amenaza: la pérdida de 500 puestos de trabajo. La iniciativa, ante el desamparo sindical, es de los obreros autoconvocados.
Ya en mayo del 2018, La Gaceta_ explicaba que el Estado provincial, con el municipio de Monteros, “logró llegar a un acuerdo para asistir de manera financiera al Ingenio Ñuñorco”. La municipalidad había rescindido “fondos destinados a comercios a cielo abierto y planta de residuos sólidos urbanos”. Un salario azucarero cayendo en picada y una molienda de un poco más de 45 días, bastante más corta de lo esperado. La puja de intereses entre los actores de la actividad (productores cañeros, los industriales y dueños de ingenios, y el sector obrero), tanto en épocas de expansión como de crisis, fueron arbitrados, por parte del Estado, en detrimento de los obreros. Entre el pasado y el presente sobresale un hilo conductor estratégico: la acción de sus trabajadores. Los únicos que retomando tradiciones y experiencias del pasado, recuperarán, para bien del pueblo de Monteros, al ingenio Ñuñorco, como también el destino de la industria azucarera.