No estamos dispuestos a tolerar esta gigantesca afrenta

Estimados dirigentes:


No voy a hacer ningún comentario acerca de los nombres de los candidatos a ser designados como ministro de Economía ni sobre el significado de los famosos 14 puntos aprobados en el quincho de Olivos, mientras el país lentamente se va transformando en una gran Intifada, sencillamente porque me quedé sin palabras, ninguna me alcanza para poder decir lo que siento, sólo sé que ha llegado la hora de que el pueblo argentino se autoconvoque para hacer una patriada, con el objeto de sacarnos de encima al FMI y sus personeros.


Concretamente creo que llegó la hora de movilizarnos todos los sectores de la sociedad bajo nuestra querida celeste y blanca y librar una batalla similar a la que llevamos adelante para salvar a nuestra línea aérea de bandera; si los payasos del Fondo nos dicen lo que tenemos que hacer, pues hagamos un gran circo, por ejemplo:


Las murgas de todo el país pueden iniciar la llamada con sus tambores y redoblantes para iniciar ‘‘la resistencia al Fondo y elecciones ya!”


El personal aeronáutico puede sacar el avión inflable que simboliza a Aerolíneas y convocar al pueblo a movilizarse para pedirle al FMI que se vaya de una buena vez.


Que se multipliquen los piquetes de los famosos, a saber: que Teresa Parodi, Jairo, Gieco, etc., etc., etc., hagan piquetes de protesta cantando en coro que se vayan todos. Que las modelos de Pancho Dotto, vistiendo la camiseta de la selección nacional, hagan un piquete de protesta mediante la quema de herramientas de trabajo que simbolice cómo quedaron los argentinos con la ayuda del Fondo (quemando alguna prenda fuera de uso). Que los escritores e intelectuales hagan una quema simbólica de la corrupción, que los tenores hagan un piquete en la puerta del Colon cantando “que se vaya el Fondo y sus forros”, que haya un megafestival a beneficio de las víctimas de FMI y el gobierno (anti)nacional, que los jugadores de la selección nacional desplieguen una bandera que diga “fuera el FMI”. En fin, que el pueblo argentino utilice todo su potencial creativo de protesta para parar de una buena vez esta tragedia nacional.


Que sepan de una buena vez que el hambre de cada argentino la sentimos en el alma y en lo más profundo de nuestro corazón, y que ¡no estamos dispuestos a tolerar esta gigantesca afrenta!


Atte.