Odisea de un piquetero reprimido

Es la primera vez que escribo, fui uno de los que estuvieron en “Brukman Hnos.” el 22/4, pensando que el Bloque Piquetero podía conseguir una respuesta positiva para los compañeros en conflicto.


Soy un nuevo piquetero (5 meses) del Polo Obrero; también por primera vez reprimido por la Policía Federal. Me asusté y me sentí muy mal y en triste desilusión. Entre balas y gases lacrimógenos nos agredieron. A mi lado había niños y mujeres, compañeras tosiendo y “llorando” por los gases en pleno centro porteño.


Digo: “Gracias a Dios” que no nos mataron, ni nos lastimaron con las balas de goma, entre las corridas, perdiendo bolsos, termos y equipos de mate (incluyendo banderas y pancartas). Mi pancarta debutó con el “bautismo de fuego, gases y sangre piquetera”.


Esto fue lo negativo, ahora viene lo positivo: en estación Once nos encontramos, fatigados, transpirados, nerviosos y con los ojos rojos (por los gases). Otra vez digo “gracias a Dios” que todos los compañeros de la zona Oeste estaban bien, sanos y salvos.


En Merlo yo milito y digo por tercera vez: “Gracias a Dios” que no fue una masacre hacia los humildes trabajadores y desocupados.


Y por cuarta vez digo: “Por una Asamblea Constituyente”, por “Trabajo digno para todos”.


Muchas gracias por leer mi carta. ¡Hasta la próxima!