Opinan nuestros lectores

Hermanos de lucha

Tal vez no construyamos de la misma manera, pero somos hermanos de lucha. La juventud revolucionaria peronista busca el socialismo tanto como ustedes, la llamada profundización del modelo es para llegar a este objetivo.

El asesinato de Mariano Ferreyra es un asesinato a todas las militancias organizadas, nunca más vamos a tolerar esto. Los sindicatos van a volver a manos de los trabajadores, van a dejar de estar en manos de los gordos mafiosos y de los empresarios traicioneros.

¡Viva la lucha obrera socialista! ¡Viva el peronismo!

Negro Sabino Navarro

(de militante de la JP Descamisados que se movilizó junto al PO el 20 de octubre, exigiendo juicio y castigo a todos los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra)

 

Saludos y consulta

Hola, mi nombre es Stella, tengo 48, soy docente, con mi esposo somos pastores evangélicos, somos mendocinos, aunque por cuestiones de trabajo y familiares vivimos en el Chaco. Sólo decirle que si bien hay cosas que no comparto como el aborto, pues soy mamá, y también como cristiana tengo la postura de la vida. Pero sí veo en muchos aspectos una sincera lucha, y sólo expresar mis respetos a Altamira y a todos sus integrantes, y desearles el mayor de los éxitos para el domingo, pues para que realmente a través de hombres y mujeres responsables, lleguen al Congreso de la Nación.

Con mi esposo estamos trabajando a pulmón, en un barrio muy carenciado del interior del Chaco, en Roque Saenz Peña, en un barrio carente de todo y trabajamos con muchísimos niños, allí tenemos una fundación, donde a través de un centro de día damos, a pulmón y con muchísimo esfuerzo, la merienda y el apoyo escolar a los niños. Por eso comparto y entiendo cuando se trabaja con las mínimas cosas, logrando mucho, cuando las intenciones son buenas, y como en nuestro caso sabemos que Dios Soberano nos ayuda en todo.

Bueno, sé que está usted muy ocupado, pues no pretendo que me conteste, sólo desearle el mayor éxito para este domingo, y que Dios lo bendiga.

Muy atentamente,

Stella de Martínez

 

El PO, un ejemplo

En los años ‘80, como militante del Partido Obrero, después de años de participar de las primeras batallas por formar un partido de la clase obrera clasista y revolucionaria, fuimos a las luchas por los derechos de los trabajadores. Después de tantos años de lucha, el Partido Obrero hoy demuestra su historia de un proyecto de la clase obrera, que pone en la sociedad una alternativa ante los partidos patronales y capitalistas.

El Partido Obrero, con sus militantes y dirigentes, son el ejemplo de un proyecto de un país distinto. Es de mi mayor placer hoy ver al compañero Altamira dando debates con una profundidad que muchos de estos supuestos políticos quedan sin argumentos. Es que la profunda claridad de Altamira y demás dirigentes del PO demuestran un profundo compromiso por el socialismo revolucionario. Seguro que este 23 daremos el primer paso histórico del trotskismo de tener un lugar en el Congreso nacional. Para dar batalla a las propuestas de los partidos capitalistas.

Desde mi humilde lugar de lucha, doy mi saludo a todos los militantes y dirigentes del Partido Obrero.

Daniel Ruiz

 

En el barrio de Mariano

La señora de la casa pintada de color rosa confió su suerte a unas tortugas grandes que cuidarían sus tesoros mejor robados. El señor de imponentes y olorosos bigotes no paró de mentir creyendo que esputaba las verdades más valiosas. Unos desconocidos que lucen el mote de “ugofitos” pasaron a la historia como los cuasimafiosos aliados al poder, vestidos de verde.

La señora, el señor, los ugofitos, los verdes y las tortugas apuntaron al corazón de la juventud que no descansa y a las voces de aquellos trabajadores que lustraron las vías de un ferrocarril multiplicado. Desde hace un año que las canciones de los mudos se escuchan en el barrio de Mariano.

Mariano: artista, músico, estudiante, trabajador, hijo y compañero, nos miró a todos nosotros contagiándonos sus certezas más elocuentes, sus virtudes más compartidas, sus ganas irremediables y su presente victorioso. Nada hay entre Mariano y ellos, todo se construye entre Mariano y nosotros, todavía…

El 20 de octubre de 2010, los nefastos de la historia se pusieron de acuerdo para planificar la barbarie de sus paredes rosadas y de sus pinchudos bigotes insoportables, y de sus cascos federales y sus pecheras verdes sin aliento y sus pociones de ugofitos empresariales. Ellos, allá. Nosotros, acá.

En el medio, casi como un juglar de las revoluciones que se preparan y se van cantando, Mariano.

En el barrio de Mariano estamos nosotros sin paredes rosadas ni bigotes, ni cascos ni pieles verdes, ni ugofitos. En este barrio sin emboscadas ni trampas mortales, nosotros y tantos otros…

En el barrio de Mariano hay una fotografía de un señor entre las rejas. En ese mismo barrio están listas las fotos de la plaza llena.

Cada uno de los protagonistas de este relato tiene nombre y apellido. Digan en voz alta cada uno de esos nombres y ubíquense en un lado de la historia.

 Nancy Pisano

20/10

 

Una pequeña ciudad

Una pequeña ciudad se trazó entre dos grandes plazas ante mis ojos. Me embarqué en un tren imaginario con destino a la plaza política más importante de la ciudad. Se leía en las banderas “estación Capital”, “estación Balvanera”, “estación Caballito”, Once, Moreno, Vicente López, Lomas de Zamora. Ellas, delicadas, con un mismo estilo de tela, fuentes y letras. Ellos, los dibujantes, trabajadores sin laburo digno y desocupados, desfilaban con sus opacas casacas. Oxímoron de banderas y trabajadores teñían la ciudad de sentido: reclamaban y reclaman el castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra. Recorrían en procesión funeraria el mismo camino que realizan los presidentes fallecidos en esta nación: del Congreso a Plaza de Mayo. Recordaban la lucha política que Mariano desparramó en su corta vida. Resumían la vida social y política de una ciudad dentro de otra. Una animada postal política de trabajadores que pelean por una/otra nueva refundación sobre bases socialistas. Fluían de la vertiente de los suburbios a las orillas Río de la Plata. Se plantaban frente al bastión del poder político de la clase dominante para reclamar castigo a los culpables.

F. M.