Para Carlos Jáuregui

Trabajando por las suscripciones institucionales, una compañera suscripta me presentó a Carlos Jáuregui, de la Agrupación Gays y Lesbianas por los Derechos Civiles. Pude expresar al compañero que era un placer conocerlo personalmente. De larga militancia por los derechos de las personas en defensa de su orientación sexual, él y su hermano, fallecido años atrás, fueron conocidos no sólo como miembros de sus organizaciones, sino también por las campañas de prevención del SIDA hacia la población en general, por las reivindicaciones de los derechos de los enfermos con SIDA, y de los presos con SIDA. También reconocidos en  los movimientos de derechos humanos (400 desaparecidos gays y lesbianas, durante la dictadura, y más de una docena de secuestros y crímenes no esclarecidos en este período democrático). Una larga y reconocida trayectoria por los derechos democráticos, contra los edictos policiales, en fin, por los derechos humanos, eran la base de mi respeto y mi reconocimiento a Carlos Jáuregui.


Intercambiamos materiales y el compañero aceptó suscribirse en los primeros días de agosto. Por distintas circunstancias: LLEGUE TARDE.


El 21 por la mañana, la radio transmitía la noticia de su fallecimiento y los preparativos de su funeral como un luchador democrático consecuente, en Plaza de Mayo y Congreso.


En la defensa de las libertades individuales y las reivindicaciones democráticas, pocos terrenos más áridos, más llenos de prejuicios, más sórdidamente silenciados, más hipócritamente tratados y escondidos, y donde la represión directa es más feroz, que en la defensa de los derechos por la libertad de la orientación sexual de las personas, que tiene una expresión jurídica verdaderamente reaccionaria. Por eso, su causa justa se enfrenta en este sistema casi con desesperación a la posibilidad de que pueda existir un mundo mejor y más justo. Esta lucha genuinamente democrática desnuda moralmente a una sociedad que habla de la igualdad de sus ciudadanos y que continúa sin piedad la sórdida persecución de los que considera diferentes, buscando su aniquilación física y moral. Gracias a los edictos policiales, hubo en 1992, 35.350 detenciones por contravenciones al Código de Faltas y en 1994, se elevaron a 106.273. Para cuando se den a conocer las de 1995, se puede prever un aumento sistemático


No importa que internacionalmente se haya declarado a los presos detenidos por su orientación sexual, como presos de conciencia. Desde el 8 de enero de 1995, Corach mediante, se incrementó la represión policial sobre las personas con orientación sexual diferente. La Argentina tiene un refugiado de conciencia en Canadá por la persecución física y legal de la que fue objeto; entre las pruebas aportadas, la traducción de los Edictos Policiales sirvió para que Canadá otorgara asilo a ese ciudadano.


No importa que se declare internacionalmente el Estado de Emergencia Planetaria, en virtud de la epidemia de VIH/ SIDA; aquí el SIDA es considerado un problema individual, oficialmente.


La agrupación Gays D.C. tiene campañas para toda la ciudadanía en general por este problema. También trabaja con enorme eficiencia por la defensa jurídica y legal de todas las personas afectadas. Y por la ayuda telefónica permanente de quienes necesitan ayudan y orientación psicológica. Han elaborado una larga lista de Instituciones Públicas y Privadas, incluso ministerios donde se discrimina y despide a las personas por su orientación sexual, listas de empresas donde se despide a trabajadores con SIDA y se niegan a atender a los enfermos o a brindarles cobertura médica, tanto empresas públicas como de Medicinas Pre-pagas. También una asombrosa y larga lista de conocidas firmas y monopolios donde se hacen exámenes preocupacionales y laborales a los trabajadores, sin su consentimiento, ilegalmente, y se descartan enfermos, negándoles la información posterior.


El compañero Jáuregui construyó su lugar en el mundo. Desde sus diferencias con los demás, se ubicó en una posición digna, sin caretas, eligió el camino del respeto por sí mismo y por los demás. Desde sus coincidencias levantó un programa de reivindicaciones y construyó un camino de lucha, consecuente, válido. Desde su enfermedad, nos deja un ejemplo de entereza para enfrentar la enfermedad de nuestros tiempos. En el folleto “Violaciones de Derechos Humanos y Civiles en la República Argentina basadas en la orientación sexual de las personas y de las personas viviendo con VIH/SIDA”, que el compañero me dejó, su posición quedó expresada en esta consigna:


“En el origen de nuestra lucha está el deseo de todas las libertades”.


Me solidarizo con el dolor de sus compañeros y despido al compañero


“Hasta que a cada cual según su necesidad y a cada quien según su capacidad, siempre”.


Llamo a todos los consecuentes luchadores por las libertades democráticas y a todos los militantes revolucionarios, a redoblar esfuerzos, y a LLEGAR A TIEMPO; la muerte parece inexorable, pero la que es verdaderamente inexorable es la injusticia.