Para el compañero Pineda (el mochilero)


Llegaste al mundo desnudo, sin nada, y de pequeño te mezclaste con el trabajo duro del obraje chaqueño; de grande fuiste estibador en el puerto de Barranqueras y ahí aprendiste que para poder defender los derechos tenías que ser el mejor y cuando te rajaron por esto te montaste en un yacaré y machete en mano comenzaste a bajar el Paraná hacia Buenos Aires. La ciudad de las oportunidades ya no era la de la tarjeta postal y fue así que te encontramos un poco más viejo, pero aguerrido como siempre hasta el final; un aguará guazú y el machete siempre en mano te sirvió para pelearle al sistema y a la vida. Pero un día te fuiste como habías llegado, desnudo, sin nada, pero a mí me quedaron las charlas del obraje, el puerto y la lucha, y eso me hace fuerte.