Nunca estuve por ahí, pero algunos viajeros me aseguraron que el lugar se merece el nombre. Hoy sé que sí, que se tiene ganado el mote “del Sol”, y es que la Asamblea de Puerta del Sol se pronunció, bien clarito, por dejar entrar el sol: “contra el capitalismo”, dijeron. A la hora de definir si estaban “contra el modelo”, “contra el sistema”, “contra el gobierno” o de qué se quejaban, a quién caracterizaban como enemigo, se pusieron en la vereda de enfrente del capitalismo. Le apuntaron los cañones. La Asamblea, dije, no como dice la prensa: “los disconformes” o algo así, muy suavecito. Es una asamblea, como las que tuvimos aquí en 2001 y de las cuales quedan algunas orgullosas. Algunas, ya que el combate es desparejo y se pierden batallas a diario, pero esta vez la cosecha fue buena, los gallegos despertaron de la larga siesta, larguísima, obligada primero por el dictador casi eterno… y luego por el posmodernismo, que hizo furor en Europa y a cuyas soporíferas voces muchísimos durmieron acunados; claro, sobre el euro, que es un buen colchón, pero “el paro”, el desempleo, roe el corazón de los jóvenes y los empuja a la plaza, como en los países árabes, que están casi enfrente… como ejemplo: si ellos pueden…

El gran poeta portugués dijo: “La Plaza es del pueblo como el cielo es del águila”, por eso repito lo de la cosecha: siembra que se abonó con las vidas de muchos, hoy fructifica del otro lado del charco, y le responden a algún oscuro teórico del capitalismo: no, la Historia no terminó, tus democracias burguesas siempre nos dejan afuera, te presentamos batalla: ayer Roma, fuimos globalifóbicos; París, el año pasado, quemamos coches parando la reforma educativa; los pueblos árabes como Egipto, Túnez, y casi casi Libia… hoy seguimos por esta Plaza, mañana, ¿quién sabe…, la victoria?