Correo de lectores
21/11/1996|520
Qué hacer
Seguir
La situación social actual, producto del sistema político dominante, se caracteriza fundamentalmente por dos factores:
A) La descomposición del sistema capitalista, que ya no tiene más para ofrecer a la humanidad, y que aun en su caída, muestra su crueldad a través del racismo y las guerras comerciales monopólicas interimperialistas, que Urde o temprano se convierten en (tierras militares por imponer el dominio territorial y económico.
B) La ausencia de un partido político que represente y organice los intereses históricos de los trabajadores como dase. Si a estos 2 factores les sumamos la traición gremial de todos los días, veremos con mayor claridad sus consecuencias.
La miseria salarial y la desocupación provocan que cada uno busque salvarse a sí mismo, sin detenemos a pensar que para lograr ese objetivo caguemos al que tengamos cerca, pero en ese mismo momento nuestro prójimo piensa exactamente igual; por lo tanto, se genera un individualismo a nivel general, que más tarde será aprovechado por el gobierno y sus lacayos para imponer sus intereses, sabiendo que lo puede hacer porque el pueblo trabajador se encuentra dividido (división creada por el mismo sistema para su dominio).
Si no conseguimos la unión por nuestras reivindicaciones en el mediano plazo, estamos condenados a la barbarie, al hambre y la desmoralización de la única clase creadora y progresiva de la historia.
Nosotros decimos que no debemos esperar que esto ocurra, más bien, plantar bandera de lucha, caer peleando si es necesario, por eso desde nuestra agrupación impulsamos dos consignas laborales, que los dirigentes gremiales tienen la obligación de inscribirla en los Convenios Colectivos de Trabajo:
A) Escala móvil de salarios: aumento automático de los salarios correlativamente con la elevación del precio de los artículos de consumo.
B) Escala móvil de las horas de trabajo: se debe ligar a los que tienen trabajo con los que no lo tengan. El trabajo existente debe ser repartido entre todas las manos de obra existentes, y es así como se determina la duración de la semana de trabajo; de esta forma, el salario, con un mínimo estrictamente asegurado, sigue el movimiento de los precios.
En estos momentos se trata de preservar a los trabajadores de la decadencia y la ruina, se trata de la vida y de la muerte de la clase obrera.
Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen de los males por él mismo engendrado, no le queda otra cosa que morir, pero para esto debemos pasar por encima de la burocracia sindical y unirnos en un plan de lucha organizado paso por paso, con trabajadores de otros ramos o especialidades.
O nos unimos para la lucha, o aceptamos la barbarie cabeza gacha.
¡¡¡La peor derrota es la lucha no dada!!!