Qué pasa en Paraguay

En el nº 491 de PO se publica un artículo que escribí sobre la situación en Paraguay. Con posterioridad, apenas seguí el desarrollo del proceso debido a que a Resistencia llega un solo diario paraguayo (ABC) y me pareció insuficiente para profundizar en el tema, y además, cada vez que en Asunción hay conflictos, el diario no llega por dos o tres días, por lo que decidí dejar de comprarlo.


Sin embargo, a partir de lo que conozco, creo que en el artículo “Huelga general en el Paraguay” de PO nº 509 hay apreciaciones erróneas.


1) Es cierto que Wasmosy está empantanado, pero se sobrevalora el papel del general Oviedo. Se dice que “el golpe del (ex) Jefe del Ejército, en abril pasado, sólo pudo ser abortado por la amenaza yanqui de intervenir directamente con tropas del Comando Sur”. Pero en Paraguay no hubo ni siquiera un intento de golpe. El particular “cuartelazo” de Oviedo —que en lugar de sacar los tanques a la calle, se encerró él en un cuartel— tiene más olor a una ‘cama’ que aprovechó su desesperación, que a otra cosa. Todos los democratizantes paraguayos usaron y abusaron de la imagen de cuco del supuesto “hombre fuerte del Ejército”, pero eso no nos debe impresionar a nosotros. Ni el aparato stronista ni las bases coloradas estaban con Oviedo.


2) Independientemente de lo que haya dicho el Jefe del Comando Sur, es improbable que sólo la amenaza de la intervención militar hubiera detenido al “golpe” de Oviedo. Por lo pronto, esta idea supone que cualquiera de las camarillas que eventualmente puedan gobernar al Paraguay tienen tal independencia del imperialismo, que el único recurso que le queda a éste para disciplinarlas es la intervención de tropas. Más sencillamente, los embajadores norteamericano, argentino y brasileño le habrán explicado a Oviedo, y al resto de la oficialidad, la conveniencia económica y política (movilización popular) de dar un paso al costado.


3) Tampoco es probable que la liberación de Oviedo tenga que ver con la campaña electoral, ya que Oviedo dio sobradas muestras de su escaso predicamento de masas.


No pretendo defender a las direcciones sindicales, pero no tengo elementos (datos) para atacarlas correctamente. Pero quiero señalar 2 cuestiones: ojo con comprar las versiones del ABC sobre “escaso acatamiento” al paro. Por lo pronto, el propio Víctor Lamar comienza su artículo señalando que “Por 3ª vez… (se) paralizó al país”. O una cosa o la otra; y muy probablemente es esto último.


Dentro del activismo paraguayo está habiendo importantes debates y reagrupamientos, que hay que seguir realmente “de cerca” por sus enormes implicancias. Por lo pronto, la movilización obrera paraguaya es la que está empantanando la privatización-negociado-entrega de Yacyretá.