Respecto al artículo “El PO a prueba”

Concluimos que la política y análisis del partido lo ponen como punto de referencia de una vanguardia que ha hecho la experiencia con los partidos burgueses, y con la izquierda democratizante y capituladora. Pero donde más impactó es en los compañeros que no tienen una experiencia política militante.


Pero hay una verdad que no podemos negar o seguir negando. El PO no crece en proporción a sus posibilidades objetivas.


Los compañeros reflejan, cuando hablan, lo difícil que es “entrar” al partido y quedarse. Pero no por las actividades, sino por su organización y funcionamiento.


Yo, Adalberto, no coincido con el artículo cuando plantea “la insuficiencia de nuestra apreciación del desarrollo de las masas, en el plano político, subjetivo, de la conciencia de clase; es seguramente el factor que ha hecho más lento y dificultoso el desarrollo del PO en los últimos 20 años” (PO N° 647, Pág. 8).


Creo que las causas son más profundas.


Las masas que tiraron a los milicos, a Alfonsín, Cavallo, Bussi, etc., están maduras.


Somos nosotros, el partido revolucionario, los que no pudimos llenar el vacío de dirección, vacío que se profundiza peligrosamente.


Y esto no es por un problema “subjetivo” únicamente. Trataré de aproximarme al problema planteando el cuadro de situación.


No hay a la izquierda competidores serios. La burocracia es un cadáver maloliente y desprestigiado. Los aparatos burgueses no despiertan pasiones. La concentración en el Obelisco donde festejó “Chupete” no fue ni la sombra de la de Alfonsín o Menem.


La situación es excepcional no sólo por las tensiones que se acumulan, sino porque nunca como ahora está planteado el desarrollo del partido.


Pero para esto tenemos que ver algunas cosas que no son menores.


Mientras los compañeros planteaban sus críticas, recordé algunas cosas que planteaba Trotsky en “Carta al camarada Cannon”: “El funcionario de un partido revolucionario debe tener en primer término buen oído y sólo en segundo término buena lengua”.


Esto hace a poder elaborar política y caracterizaciones en forma colectiva, y nos permite tener un termómetro entre las masas.


La falta de discusión en las etapas precongreso también es preocupante. Tengo la impresión de que muchos compañeros han dejado la tarea de “elaborar política” a los compañeros de dirección. Tenemos que tender canales para que los compañeros piensen y hagan la experiencia. Algunos compañeros, viejos en el partido, discuten muchas cosas superfluas, como si de la discusión dependiera la revolución. Tenemos que tener paciencia, un compañero nuevo es un compañero nuevo. A veces ni sabe que existió Marx. El debate debe ser para educar, no para “ganar” o “convencer”. Así agobiamos a los nuevos compañeros. También los “descuelgues” de pretender que los nuevos compañeros hagan 1.000 actividades. Es preferible que hagan una pero que la hagan, y no tirarle 1.000 y que, agobiados, no hagan ninguna. Nadie hace nada de lo que no está convencido. Y para eso hay que politizar y educar. Tampoco creo que un congreso donde un compañero de base tenga 5 minutos para hablar y un compañero de alto “nivel político” tenga una hora sirva para algo. Esto refleja la subestimación hacia los compañeros de base, y el ejemplo de la lengua y el oído antes mencionado calza justo.


Creo que nuestro crecimiento ha sido mayor entre los compañeros de la pequeño burguesía (Pehuajó, 90%),


En esto es instructivo el planteo de Trotsky en el artículo ya citado: “Tenemos mucha levadura”, y se transforma en un problema de clase.


(Lo que plantean las compañeras que viajaron al Encuentro de Mujeres es importante de analizar. Propongo una reunión para sacar las máximas conclusiones posibles del tema).


Creo que para iniciar un debate es suficiente; no creo que el partido sea una secta. Todo lo contrario. La importancia dada al revés electoral lo demuestra. Debemos cambiar el sistema de organizadón. El que tenemos es deficiente y nos impide crecer.


Debemos hacer un esfuerzo para volcarnos sobre el movimiento obrero. Cada frente debe pensar en un trabajo sistemático sobre una estructura de la zona.


La prensa: no conozco balance de suscripciones a nivel nacional, ni tampoco cuántas suscripciones tenemos en la actualidad. En una oportunidad dijimos que éstas debían ser incorporadas como método.


La mayor dificultad es que esta prensa no nos sirve para la etapa. Los compañeros no la leen, porque no la entienden o porque su nivel es muy alto. Los artículos son muy largos.


Creo que el Editorial, que debe reflejar la situación política de la semana, tiene que servir para que todos los compañeros se armen políticamente. Desde los militantes hasta el obrero, que después de 12 horas de explotación se hace de unos minutos para leerla.


Hoy me enteré que existe una Comisión de Interior, si existe hay que categorizarla y transformarla a corto plazo en dirección regional. Autofinanciada y con dinámica propia de funcionamiento.


Pehuajó