En la semana del 23 de julio pasaron muchas cosas en el Club Atlético Rosario Central. Se fue el director técnico, Leo Astrada, el “Jefe”. El dice que lo echaron, las autoridades del club dicen que “renunció”. Lo que sucede es que desde hace un tiempo se fue metiendo en el club un “grupo inversor”, manejado por Vignati (dueño de La Capital), que presta dinero a cambio de disponer sobre el patrimonio del club.

El presidente Scarabino cedió a las presiones de este grupo, a pesar de que hace cuatro años atrás lo denunció por saquear el club. El ex jugador Carbonari hace las veces de nexo entre el grupo y la comisión directiva.

Luego de la ida de Astrada, hubo una impresionante movilización de hinchas, socios y simpatizantes, que ganaron las calles céntricas de la ciudad por la salida del “Jefe” y en contra del grupo inversor.

Fue una verdadera rebelión canalla.

Saquemos a Central adelante. Todos a la asamblea del 4 de agosto.

Por una comisión directiva independiente de los grupos de poder; por un Central de todos y no de los empresarios.