Correo de lectores
3/10/1996|513
Sobre el Labor Party norteamericano
Los artículos de Luis Oviedo sobre el Labor Party de los Estadas Unidos me dejan bastante perplejo y desilusionado.
Aparte, de las críticas a los límites de la nueva formación política lo que me inquieta es la idea que ésta pueda ser reformada, sólo porque es promovida por dirigentes sindicales.
Se dice: “la creación del Labor Party es un hecho histórico, pues se trata de la primera vez que surge en los Estados Unidos un partido que pretende representar y organizar políticamente a los trabajadores en oposición al gran capital”.
Esta afirmación requiere por lo menos dos reflexiones. Una de carácter histórico: Es inquietante que un partido trotskista (con todas sus limitaciones) diga que en los Estados Unidos es la primera vez que un partido pretende representar a los trabajadores. Adónde ponemos al Socialist Party primero, al Comniunist Party después, y al Socialist Workers League de J. Cannon, que más tarde se unióaTrotsky en su lucha por este objetivo. La afirmación puede ser cierta después de la 11° guerra imperialista, pero esto confirma la esterilidad de las sectas de izquierda de los EE.UU. y de su codismo suicida.
Una segunda observación la quiero hacer sobre la palabra “pretende”. Pat Buchanan, en su campaña por las internas del Partido Republicano, “pretendía” dar voz a los obreros descontentos y utilizarlos contra el gran capital. Buchanan, exponente de la media burguesía proteccionista, “pretendía” defender a los “blue collors” castigados por la política liberista de las corporaciones que apoyan masivamente a Clinton y a Dole.
Este partido nace desde el vértice de algunos sindicatos que quieren presionar “desde afuera” a Partido Demócrata y a la AFL-CIO. Que esta iniciativa sea en contraposición al gran capital es un disparate, dado que estos gremios viven de los superbeneficios imperialistas del gran capital americano. Si la Nabisco explota más a los obreros argentinos es porque así puede ofrecer parte del plusvalora los obreros americanos para tenerlos tranquilos a los burócratas. El nudo central es que este nuevo partido mostrará muy pronto función social imperialista en contraposición a la más ínfima manifestación de internacionalismo. Pensar que la democracia y el reformismo obrero expresado por las aristocracias obreras sean modificables desde adentro es completamente antihistórico y lleva al movimiento obrero a la milésima tela de araña (el PT de Lula está ahí para demostrarlo claramente). La democracia es la mejor forma política para la colaboración de clase en función de la competición internacional.
El reforme obrero es el instrumento del reformismo burgués dentro del movimiento obrero. La única alternativa para la clase obrera es la construcción de su partido revolucionario que pueda intervenir y dirigir el movimiento real de la lucha de clases sobre una sólida organización de cuadros y militantes marxistas y leninistas.
Cordialmente.