Socialismo o barbarie


“Puedo morir en paz”, dijo mi padre, pues aunque agonizaba recordaba que sistemáticamente pagaba los 50 pesos por mes que le asegurarían el lugar donde iba a descansar sin molestar a ninguno de sus hijos, no les iba a generar ni una molestia más.


 


Pero una vez más, este sistema corrupto en donde los abusadores y aves de rapiña se reproducen, atacando por ejemplo a nuestros abuelos, aparentando ser gente de bien, chamuyan a nuestros viejos que con tanto sacrificio juntan los pesos para tener un velatorio y muerte digna y en letras muy chicas le abrochan pequeñas palabras de donde sacan sus negociados.


 


A mi padre nadie le dijo que tenía que pagarlo durante cinco años mínimo, ¡y aunque le faltaba una semana para esos cinco años lo dejaron sin nada! Según ellos perdió el “derecho”, ¿el derecho? ¿el qué? a que le mientan a que se burlen a que lo engañen y que mientras tanto que lo sigan exprimiendo un poco más.


 


Es decir, después de tener que lucharla todos los días, también en esos momentos tan dolorosos, los desocupados tenemos que seguir padeciendo, teniendo a nuestro ser querido en la morgue por no tener los 300 pesos que sale velarlo sin tener cobertura, no saber donde lo vamos a enterrar ya que aunque sea municipal también hay que pagar, ya que a Villa Diego no lo gobierna alguien distinto que al resto del país, el intendente también se escondió como rata cuando los familiares acudimos a él. Pero cómo no se va a esconder el intendente de Villa Diego si es cómplice de esta empresa trucha que se hace llamar “La Colmena” y que estafa a los abuelos de la región.


 


Ni a la empresa, ni a los funcionarios corruptos le importó quien fue Julián Fernández… mientras sus números sigan cerrando, eso es lo único que importa.


 


Sólo el poder de manos de los trabajadores va a traer el cambio verdadero, en donde nuestros viejos importen y reciban el respeto que se merecen, donde no existan estas aves de rapiña y delincuentes… ¡¡¡Socialismo o barbarie!!!


 


¡Hasta la victoria siempre, papá!


 


Tu hija