Trueque: ¿Una escuela de mafiosos?

(extractos)


A la Dirección del periódico Prensa Obrera


Con la mayor consideración:


En forma tardía llegó a mis manos un artículo publicado por Prensa Obrera en el número 745 bajo el título “Mercado negro y guerra de mafias”, firmado por Miguel Vittone, que critica en forma terminante a los clubes del trueque. Por ser el trueque un fenómeno tan extendido y dado que estoy trabajando con un grupo de investigadores y colaboradores de la Universidad de Buenos Aires en este tema, he pensado atinado remitirles las siguientes reflexiones:


1. El auge del trueque es resultado de la catástrofe económica y social de la Argentina, no del “impulso del PJ bonaerense” para “mantener su red de punteros”. (…) El argumento no sólo demuestra un alto grado de desprecio por la desesperación y la búsqueda de alternativas realizada por muchísima gente, sino que crea la falsa imagen de que el PJ goza de una renovada vitalidad que lo capacita para dominar e hipnotizar a los nuevos movimientos sociales.


2. Es absolutamente falso que los nodos sean todos manejados por punteros políticos. (…) El hecho de que punteros, oportunistas, especuladores, mafiosos, quieran intervenir y controlar organizaciones de masas no califica por sí mismo la condición, perspectivas y necesidad de las mismas, aunque sí sus enormes desafíos. (…)


3. Es una falta de respeto y una negación de la verdad (…) decir que la emisión de créditos se plantea en todos los nodos como una “guerra mafiosa”. Debe señalarse que en la Red del Trueque Solidario existe una transparencia informativa *publicación del estado del circulante, auditoría por comisión abierta, inyección no arbitraria de nueva emisión, etc.* que no es habitual en la mayoría de las organizaciones sociales y políticas de la Argentina (ni siquiera en los partidos de izquierda, incluido el PO). (…)


4. Creo que se parte de un enorme desconocimiento (…) cuando se dice que en el trueque se “puede adquirir de todo”. Ojalá fuera así (…).


5. El columnista afirma en forma injustificable que en los nodos existe un nivel de explotación “brutal” de la fuerza de trabajo. Evidentemente no comprende el mecanismo del trueque *si un dentista cambia su servicio por el de un mecánico poco importa la cantidad de créditos. Confunde al lector al introducir ejemplos tomados de la economía de mercado (cigarrillos, harina) que por falta de dinero, desabastecimiento o agiotismo alcanzan precios muy altos si se los valúa en créditos. Es absurdo establecer una correspondencia con pesos o… dólares. La economía de trueque es mucho más débil que la economía de mercado y justamente por la ausencia de muchos productos (no hay medicamentos, no se pueden pagar servicios públicos, viajar en colectivo, etc.) quienes sólo tienen créditos son forzados a cambiarlos por pesos a veces a cualquier cotización. Por supuesto que hay especuladores que se aprovechan de ello.


6. La frase más simpática del artículo aparece en el último párrafo, cuando en forma campechana se convoca al apabullado lector: “Compañero, no queda otra, hay que pasar del reino de la miseria social al reino de la abundancia”. Tal vez esta afirmación parta del supuesto de que el estado de creciente calamidad y desestructuración de la Argentina es inmediatamente reversible por una mágica revolución social que en pocos días más solucionará todos nuestros problemas. (…) En realidad no sé muy bien si el PO ha asumido a libro cerrado la posición del Frenapo, ya que supone que la Argentina es un país muy rico que debe “repartir la riqueza”. (…)


7. La participación en el trueque no se debe contraponer a la “masiva organización de los desocupados”, son fenómenos complementarios. La experiencia de los nodos enseña que quienes activamente buscan alternativas, preparan sus productos y, aunque no le guste al autor, “pichuleando” tratan de salir de su depresión, encuentran un sentido mínimo de dignidad y pertenencia mediante su trabajo. (…)


8. Desde luego que la vuelta a través del trueque a una “economía de subsistencia” no es la solución o la alternativa general para el desarrollo social y productivo del país. No es posible pensar que una economía global y altamente sofisticada pueda organizarse como falansterios fourieristas o comunidades cuáqueras. De todas formas, en una situación de emergencia, el trueque, aún con sus enormes limitaciones y desafíos (…) fomenta la dignidad del trabajo, incentiva la participación y se suma a la larga lista de organizaciones cooperativas del país (mutualistas, cooperadoras escolares, uniones vecinales, sindicatos, sociedades de fomento, etc.).


Estoy a vuestra disposición para seguir intercambiando opiniones. (…).


Saluda a Uds. muy atentamente


Jorge Marchini


Profesor de Economía UBA-CBC


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