Un régimen misógino y encubridor


En marzo de 2013 el entonces presidente de la Agencia de Protección Ambiental (APRA) de la Ciudad, Javier Corcuera, un “especialista” en cuestiones de logísticas ambientales e impulsor de diálogos “multisectoriales (empresariales)”, se vio envuelto en un escándalo de alto nivel explosivo puertas adentro de la conducción macrista que, para su suerte, no salió a la luz en los medios masivos de comunicación.


Había recibido una denuncia debido a un intento de violación por parte de su asistente Martina Iturralde, una contratada que lo había acompañado a su reciente viaje a Turquía por explícito pedido suyo. “Iturralde regresó al país enferma. En ese viaje, debió aclararle a su jefe que estaba en pareja. Corcuera no la llevó a ninguna de las reuniones que tuvo en el país” (http://www.lapoliticaonline.com/nota/67915/).


El hecho de que esta repercusión no tomara forma mediática estuvo relacionado a que el PRO debía transitar las elecciones, de ese mismo año, sin “piedras en el camino”, es decir, sin perturbaciones de ninguna índole, incluso cuando fuera un intento de abuso sexual. “No es la primera vez que Corcuera queda envuelto en un escándalo de este tipo. Años atrás, Diego Santilli le instruyó un sumario por una denuncia de Adriana Freysselinard, que se desempeñó hasta enero de 2011 como Directora General de Planeamiento de la Agencia” (ídem). Pero no es todo, también amenazó a todo su personal advirtiéndoles que si contaban lo sucedido serían despedidos.


Los funcionarios porteños hicieron todo por tapar este escandaloso episodio y lo depusieron del cargo para que no manchara la “reputación” de todo su arco político. En la actualidad, la gestión de la “patria contratista”, de las exenciones impositivas a Cristóbal López, y los acérrimos defensores del trabajo esclavo, han premiado a Corcuera contratando a su empresa (Innovamb) para que se ocupe de “los problemas ambientales y ecológicos que acucian a la Ciudad”, esto sobre la base de facturaciones colosales que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público le otorga.


Estamos en presencia, justamente, del “mundo del revés”, un representante de la clase dominante capitalista denunciado por intento de violación, es refrendado y legitimado por el PRO. A pesar de que no ejerce la “función pública” sigue metido en el empantanoso “baile” de los negocios. Asistimos a la descomposición de todo un régimen en su conjunto: Mauricio Macri se prendió de la consigna “Ni una menos” pero defiende a tipos de esta calaña. El Estado es responsable no sólo de la asignación del cargo y, por lo tanto, de haberle causado tremendo daño a la damnificada, sino también por sostener (mediante otra vía) a un personaje nefasto.