Una, dos, tres preguntas

“De Menem ya conocemos su política educativa. Si todavía estamos reclamando un aumento de nuestros sueldos congelados desde el ‘92. Nos hemos pronunciado en contra cantidad de veces. Y del otro candidato no conocemos su propuesta para la universidad, sólo algunas ideas que nos preocupan de la ex ministra Susana Decibe. Kirchner deberá explicitar sus proyectos para la educación”. Estas declaraciones del secretario general de la Conadu Histórica en Página/12 del 29/4 (dos días después de las elecciones), nos lleva a pensar que estamos conducidos por una persona que, por lo menos, desde enero de 2002 a la fecha desconoció las limitaciones, los apremios, los despidos, las quitas de presupuestos, las deudas, los sueldos, etc. que Duhalde impuso a la comunidad universitaria.


¿O no es Kirchner el candidato que puso Duhalde? El de la represión y muertes, que además le deja su ministro de Economía (aquel que gira los sueldos el día 10 de cada mes, subejecuta el presupuesto y no paga las deudas, el que te robó el retroactivo del 13%, el que pagó 5.000 millones de dólares en los últimos doce meses a organismos internacionales de crédito mientras en la Argentina se mueren chicos de hambre).


¿O no conocemos y sabemos que Kirchner propondrá para la universidad un programa aumentado en exclusión, ahogo presupuestario y salarios de pobreza? ¿Y de la Decibe (asesora educativa), la ministra menemista, la de la Ley de Educación Superior… qué esperamos?


¿Por qué “luchábamos” hasta ahora?


Aún hoy recuerdo las palabras de la compañera Zapata ÿsecretaria general de la Universidad Patagonia Austral, con sede central en Río Gallegosÿ haciéndonos una descripción del nefasto gobernador santacruceño, que en ese momento no perfilaba como futuro presidente. Nos hablaba de una persona que perseguía a los que pensaban distinto, que compraba medios de comunicación adversos y cerraba los que no podía comprar, persecutor de cuanta marcha de reclamo se gestaba en la provincia, objetor de conciencia, señor feudal de la provincia, represor. Si me lo permite la compañera Zapata, se las haré repetir en el próximo encuentro.


Hoy nos encontramos con la universidad en ruinas, con un salario miserable, con más docentes ad honorem, con intentos desesperados, desorientados y unitarios de incrementos salariales en negro, etc.; y la Conadu Histórica en la tregua, con la implícita sensación de “vayamos a votar con tranquilidad a Kirchner (el de los comentarios de Zapata, el de Duhalde y de Lavagna, el de D’Elía) y luego nos reunimos”.


Y, mientras tanto, sin Congreso, sin plan de lucha, sin reforma de estatuto, sin salarios, con deudas y con una amarga sensación.


Saludos.