El Congreso de la Lengua

Del 17 al 19 de noviembre se realiza en Rosario el “Congreso de la Lengua”.


Reyes, presidentes, primeras damas, embajadores y “personalidades” llegan como “invitados de honor” a la ciudad donde Pocho Lepratti fue asesinado por proteger a los chicos de la calle.


Serán recibidos con todos los “honores” por el intendente “socialista” Lifchisz en la ciudad donde Sandra Cabrera fue asesinada por denunciar a la Policía coimera.


Sus crímenes, como los de los asesinados el 19 y 20 de diciembre o el de Daniela Spárboli, maestra rural, violada y asesinada, permanecen impunes.


Miles de policías van a custodiar el Congreso de la Lengua. Lo van a financiar, entre otros, Repsol y Telefónica, saqueadoras de la nación.


Ante la prensa del mundo, el gobierno municipal pretenderá mostrar una “ciudad que crece”, la de los boulevares, el “boom inmobiliario”, los hoteles “cinco estrellas”, los shoppings, las cuadras de los teatros y las plazas más hermosas. Ocultará las barriadas que no tienen agua, ni luz, ni seguridad. Las escuelas que tienen baños en con­diciones deplorables. Ocultará la miseria de los desocupados y a los miles de niños que diariamente viven en las calles.


El 17 de noviembre, ante los re­yes y presidentes, marcharemos para “recordarles” que la lengua, como toda riqueza social, es la cre­ación viva de los pueblos trabajado­res. Que, al igual que las demás ri­quezas, los explotadores se apro­pian de esta creación popular y la utilizan como un instrumento de su dominación. En América Latina, donde el “español” ha sido la lengua de la Conquista y el exterminio de millones de indios. Y, también, en la propia España, donde ha sido, y es, el vehículo de la opresión de las minorías vasca y catalana.


El 17 de noviembre marcharemos ante reyes y presidentes para denunciar la falsedad de su pretendida “defensa del español”. El destino de una lengua es el destino de los pueblos que la hablan y que la recrean cotidianamente. ¿Cómo pretenden “defender el español” los mismos que condenan al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a la ignorancia y a la degradación social a millones de trabajadores? Estos “defensores de la lengua” son los que han hecho aumentar el analfa­betismo y la deserción escolar.


El 17 de noviembre marcharemos ante reyes y presidentes diciendo que sólo podremos defender nuestras lenguas, la española, la aymará, la quechua, la toba, las que usamos para escribir nuestros volantes y manifiestos, para denunciar sus estafas, confiscaciones y violencias, la que le enseñamos a nuestros niños en las escuelas que ustedes destruyen, las que necesitamos para expresar nuestros reclamos y para organizamos, con los mismos métodos que hemos desarrollado para defender y conquistar cada uno de nuestros reclamos: la movilización y la lucha.


El 17 de noviembre, finalmente, marcharemos para reafirmar que los pueblos sólo podrán reconquistar las lenguas cuando reconquisten para sí el conjunto de los frutos de la creación social de la cultura y la riqueza. Es decir, cuando -echando del poder a los reyes y presidentes y expropiando a los capitalistas a los que éstos sirven- comiencen a reorganizar la sociedad sobre nuevas bases.