Cultura y Sociedad
25/11/2004|878
El gran negociado de la cultura no es un circo
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Cada vez que Di Telia, el ex secretario de Cultura de la Nación, hacía declaraciones, levantaba polvareda y las “buenas conciencias” se ruborizaban por las palabrotas. Ya había ocurrido antes cuando dijo que, para el gobierno, “la cultura no era prioridad”. En nuevas manifestaciones, hechas a la revista TXT (12/11) y que determinaron su despido, afirmó que “el gobierno debe resolver primero el problema de los chicos que se mueren de hambre en Santiago del Estero y no quién es la pelotuda o puta que va a dirigir el Fondo de las Artes…”.
Los reproches al ex secretario apuntan a los términos usados: puta y pelotuda. Pero el presupuesto del Fondo Nacional de las Artes ha vuelto al Tesoro nacional, después que quedó acéfalo. Lo que Di Telia no dijo es que la principal urgencia está en cumplir las exigencias de la banca internacional, por eso la cultura no tiene prioridad. Por otro lado, oculta con extremo cuidado que la política del gobierno otorga el negocio cultural a los “privados” (galeristas, museos particulares). “Resulta conmovedor advertir que el tema del arte signifique un motor que no sólo involucra el arte en sí mismo, sino que también sirve para recorrer nuestras ciudades, nuestros paseos, nuestros restaurantes -dice La Nación (10/10)-, además de damos una cuota de alegría cuando adquieren obras de nuestros artistas en nuestras galerías de arte”. “No todo es default”, concluía el editorialista. Di Telia fue un iniciador, en los ‘60, del mecenazgo artístico (debidamente deducido de los impuestos). En definitiva, Kirchner pretende seguir cumpliendo con los objetivos de pagar a la banca internacional, y que el arte y la cultura sean pingües negocios para la burguesía.
En el último Plenario Abierto de LuchArte, acordamos trabajar para el Encuentro de artistas y profesionales del 11 de diciembre en la Facultad de Ciencias Sociales, de Parque Centenario, para luchar por la reconstrucción del país sobre nuevas bases sociales. Estamos convencidos que sólo agrupándonos por la alternativa obrera y socialista se pueden lograr los objetivos de trabajo y cultura para todos, reconstruyendo al conjunto de los trabajadores y no a los depredadores capitalistas.
Los monos, panteras y elefantes vivirán en libertad, a lo sumo estarán en circos para esparcimiento de los obreros. No habrá dueños ni domadores y el estiércol se irá por las cloacas de la historia.