Explotación “artística” de los desocupados (muralistas piqueteros)

LuchArte

En el Antiguo Egipto, así como en otras sociedades antiguas – Grecia, Roma – , los esclavos fueron utilizados para construir las pirámides, la enigmática Esfinge, las grandes esculturas del Valle de los Reyes, la Vía Apia, el Partenón. Cientos de miles de hombres, mujeres y niños fueron mano de obra barata para realizar estas magníficas obras que aún subsisten.

 

La señora Magdalena Faillace, secretaria adjunta de Cultura de la Nación, ha elaborado un plan similar: utilizar como muralistas a los desocupados beneficiarios de los planes Jefes y Jefas de Hogar. Serán catorce grupos, cada uno compuesto por veinte desocupados, que trabajarán en varias provincias y que, de este modo – dice la funcionaria- “se incluirán en el mundo de la cultura y podrán mostrarles a sus hijos los murales que han pintado y se sentirán orgullosos de sentirse artistas”.

 

Pero como sobre esto no han opinado los supuestos interesados, lo único cierto es que Cultura se dispone a usar fuerza de trabajo gratuita, semiesclava, del mismo modo que se pretende hacer algo similar en tareas vinculadas a la obra públca. ¿Se habrán sentido parte de la cultura los esclavos de los egipcios, romanos y griegos luego de que concluyeron sus trabajos para regocijo de los señores emperadores y faraones? Ningún estudio sobre la antigüedad menciona en sus profundos y sinuosos raccontos qué fue de estos obreros, ni siquiera cuántos fueron los que trabajaron, murieron o sobrevivieron una vez concluidas las majestuosas obras.

 

Si de muralismo se trata, ¿por qué no son convocados los artistas plásticos, los estudiantes de arte y los miles de jóvenes que se dedican a plasmar en cuadros, esculturas, grabados? ¿Será quizás… porque son más “caros”? L os artistas e intelectuales sufren la desocupación como la padecen millones de trabajadores, y serían ellos los que podrían confeccionar los murales, y además exhibir sus obras en todas las salas de arte.

 

¿Incluir a los trabajadores en el mundo de la cultura? Los explotados, en términos generales, están separados del arte por el muro de la miseria social y el embrutecimiento; no sienten al arte como algo propio pues está circunscrito a los círculos de “elegidos” que disfrutan de las obras, y a la burguesía que compra y vende las obras de los artistas como mercancías. Además, la sociedad capitalista aleja a los obreros de la actividad artística, porque sabe que la misma desarrolla la capacidad creadora y esto es peligroso para el sistema, pues alguien que pinta, esculpe, actúa, escribe, filma o baila, también piensa sobre su situación de vida y puede convertirse en una persona consciente que accione para transformar la realidad.

 

Hipocresía y mano de obra barata para un objetivo político… y es muy posible que haya algún “negocio” por parte y para beneficio de los promotores de este plan. La podredumbre de la burguesía impregna todos los ámbitos de la sociedad. El del arte y la cultura no escapan a los nauseabundos manejos de una clase social totalmente incapacitada de solucionar los graves problemas que estamos viviendo: desocupación, mortalidad infantil, vivienda, educación, que degradan cada vez más el proceso civilizatorio.