Cultura

16/10/2020

30 años de la muerte de Art Blakey, un constructor en la cantera del jazz

Baterista vehemente e inconfundible, durante 35 años lideró la banda más importante de hard bop, un subgénero que lo tuvo como una figura fundacional.

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El 16 de octubre se cumplen 30 años del fallecimiento de Art Blakey en el hospital St. Vincent de Nueva York a consecuencia de un cáncer de pulmón, a unos días de haber cumplido 71 años.

El emblemático baterista y director de bandas de jazz había nacido en Pittsburg, Pensilvania (Estados Unidos), donde se crió. Los primeros pasos los dio en la iglesia a la que asistía, con el piano, habiendo tomado alguna clase y demostrando habilidad. A partir de los 14 años comenzó a trabajar como metalúrgico; después de las jornadas laborales, la música era parte fundamental de la recreación, tocando en locales nocturnos.

Pero cuando tocaba en el Democratic Club de Pittsburg, el dueño del lugar, un gángster, pistola mediante lo obligó a sentarse en la batería, porque había contratado a un pianista de renombre.

En ese entonces tomó como referente el estilo de tocar fuerte de Chuck Webb. Tocó con la pianista Mary Lou Williams, con la que fue de gira, y con la orquesta de Fletcher Henderson en sus primeros años de formación. Le siguió un año en el Tic Toc de Boston.

El salto fue unirse al grupo formado por el cantante Billy Eckstine hacia mediados de la década del ’40, que nucleaba a músicos disconformes con la estética imperante de las big bands, entre ellos Charlie Parker y Dizzy Gillespie y Dexter Gordon. Junto a ellos empezó a moldear el bebop. La banda se llamó Cradle of Modern Jazz y fue desarrollando un sonido enérgico, convirtiéndose en un baterista salvaje y vital. A principios de los ’50 viajó a Nigeria para estudiar ritmos africanos e incorporarlos a su manera de tocar, contribuyendo a revitalizar la raíz afro dentro del jazz.

El hard bop y los Jazz Messengers

Luego de formar parte de la banda de Miles Davis, se asoció con el pianista Horace Silver, materializándose así el comienzo del hard bop -término con el que se conocería a todo un movimiento dentro del jazz, que continúa y amplía la tradición del bebop. En 1954 aparecen las primeras grabaciones de la banda, que integran también junto con Hank Mobley (saxo), Kenny Dorham (trompetista) y Doug Watkins (contrabajo), registradas en vivo en el emblemático club Birland.

Este será el germen de los Jazz Messengers, surgido como un colectivo liderado por Silver o Blakey, hasta que el primero abandona el grupo. Finalmente quedaría “Art Blakey and the Jazz Messengers” con Clifford Brown (trompetista), Lou Donaldson (saxo) y Curly Russell en contrabajo.

Grabó el álbum Hard bop en 1956; la línea de fuego fue Jackie McLean en saxo alto y Billy Hardman en trompeta. En el año 1958 grabó el disco Moanin’ con Lee Morgan, Benny Golson, Bobby Timmons al piano y el contrabajista Jymie Merritt, con el tema que da nombre al disco y otros como “Blue March” y “Alone came Betty” -una de las muestras más representativas del Hard Bop. Hasta 1966 fueron pasando solistas que luego descollaron en sus propios proyectos como Lee Morgan, Wayne Shorter, Curtis Fuller, Cedar Walton, Chuck Mangione, Reggie Workman en el contrabajo, Keith Jarrett al piano. Otros álbumes importantes son A Night in Tunisia, Caravan y Soulfingers. Este es el período más fructífero.

Luego de ese año ’66 fue más difícil mantener una formación estable por el ascenso del rock y, dentro del jazz, el free y la fusión, estilos en los que Blakey no incursionó. También grabar; lo que queda registrado es Jazz Messengers 70, hecho en Tokio. Mantuvo al grupo trabajando en Europa y Japón. Los músicos iban rotando según la disponibilidad para cada trabajo. En esa época fueron integrantes Randy Brecker, Chick Corea, Cedar Walton, Mc Coy Tyner; y se produjeron los álbumes Anthenagin y Bihaina.

A partir de 1976, el holandés Wim Wigt, propietario de la discográfica Timeless, comienza a representar al grupo en Europa, volviéndose a regularizar el trabajo y las formaciones a ser más estables. Un momento importante fue la formación de una big band para una gira europea, actuando en los festivales de Montreaux y North Sea.

Un concierto en el Festival de Jazz de Leverkeusen (Alemania) en 1989 conmemoró el cumpleaños 70 de Blakey, con los músicos titulares e invitados que habían pasado por las filas de la banda: Freddie Hubbard, Terence Blanchard, Jackie McLean, Wayne Shorter, Benny Golson, entre otros.

Su último disco fue One for all, de 1990.

Una tarea colectiva

Arthur Blakey dirigió grupos propios a los que siempre llamó Jazz Messengers, poniendo en práctica la idea de que el jazz es más que la suma de individualidades y que la difusión del mismo es una tarea colectiva. El hard bop se desarrolló en un contexto de represión social, en que muchos músicos fueron perseguidos por cuestiones raciales o consumo de drogas; y, junto con el bebop, fue la respuesta al circuito comercial del swing más bailable. Durante 35 años lideró la banda de hard bop más importante dentro de la escena del jazz, siendo consecuente con ese estilo y desarrollando su forma de tocar vehemente e inconfundible, considerándoselo como el baterista realmente polirrítmico del bebop.

Contribuyó a la formación de una lista interminable de músicos, siendo el grupo una escuela y alentando a los jóvenes músicos a la composición y a que se explayaran en sus solos. Art decía que todo lo importante estaba en el ritmo y eso era lo que hacía buenos a los solistas.

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