Cultura

29/3/2022

Crítica de libros

A 40 años de la guerra de Malvinas, salió el libro “La trampa” de Juan B. Yofre

Contra el pueblo, para salvar a la dictadura.

“Por qué y cómo el Proceso tomó la decisión de ocupar las Malvinas”

Acaba de ser editado un libro de Juan Yofre: “La trampa. Por qué y cómo el Proceso tomó la decisión de ocupar las Malvinas”. Como bajada en la misma tapa plantea: “Cronología documentada de un fracaso”. Yofre es un periodista de clara prosapia derechista. Ligado a diferentes “servicios de seguridad”, fue designado por Menem al frente de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) y tuvo algunos cargos internacionales (en el BID, la OEA y embajadas). El mismo se jacta de ser un hombre que tiene amplio acceso a diversos archivos y fuentes de información.

La “cronología” llega hasta los inicios de los combates militares, hasta el 2 de mayo de 1982, cuando fue hundido por un submarino británico el crucero General Belgrano, provocando la muerte de 323 marineros argentinos. Todo el transcurso militar de la guerra y la rendición, quedan afuera. No sabemos si para sacar próximamente otro libro. A través de los testimonios y documentos que vuelca queda claro que la ocupación militar de las Malvinas no fue un acto de nacionalismo y menos de antiimperialismo. Fue una medida desesperada y aventurera de un gobierno dictatorial que estaba en ruinas y quería producir una “unión nacional” para preservarse de una caída violenta y de las consecuencias de ella para los jefes militares.

La tesis central de Yofre es que la dictadura fue ingenua, que cayó en “una trampa”, pensando que la ocupación militar de las Malvinas no iba a originar una guerra. Pronosticaban que Gran Bretaña iba a protestar y tomar medidas, pero que no entraría en guerra. Y también, con que contarían con cierto beneplácito del imperialismo yanqui para una acción limitada en tal sentido.

A través de sus páginas se puede notar que, efectivamente, el gobierno norteamericano simpatizaba abiertamente con la dictadura argentina y busco una vez producida la ocupación (que no quería) como cerrarla sin guerra. Declaraciones de la embajadora norteamericana en la ONU (y asesora directa del presidente Reagan) Kirkpatrick, y otros altos funcionarios norteamericanos, así como las propias gestiones del jefe del Departamento de Estado, Alexander Haig, así lo evidencian. Esto pasaba por un retiro de las fuerzas armadas argentinas para sentarse a negociar con el imperio británico -y con cierta mediación yanqui- de que manera se iba a producir un proceso de cesión de algún tipo de soberanía (compartida). Este había sido el “plan” original de la dictadura, de ocupación de las Malvinas, denominado D+5. Después del desembarco (D) permanecer 5 días más (+5) y luego dejar una pequeña dotación militar-policial junto a la nueva administración argentina y realizar un operativo de retiro masivo de las tropas. Esperaban que se abrieran discusiones en la ONU y se estableciera un acuerdo. Es más, el operativo retiro de tropas fue iniciado tal como había sido planeado.

Pero la fuerte crisis por la que atravesaba el gobierno inglés de la Thatcher, había llevado a que esta planteara la retirada total de las fuerzas argentinas  y la reinstalación del gobierno colonial (y sobre esa base abrir una negociación) o la guerra.

El libro relata que el Secretario de Estado yanqui, Haig, en una reunión (el 10 de abril) con Galtieri y militares planteo: “No puedo hablar por la señora Thatcher. A veces ni siquiera llego a entenderme con ella. Pero sé que a los ingleses no les importa la soberanía en las islas. Los británicos están dispuestos a renegociar, pero debemos permitirles que lo hagan decorosamente. Yo puedo asegurar que llevaremos el conflicto a una solución. Personalmente estoy convencido de que los ingleses quieren sacarse este problema de encima pero en términos honorables. De no hacerlo así, ellos nunca podrán enfrentar otra crisis de este tipo. No podrán hacerlo políticamente, ni por la propia evaluación de sus costos” (pág. 277).

Pero la dictadura también estaba apretada. Tomada la decisión de ocupar las Malvinas para oxigenar una sobrevida del gobierno militar, sentían que no podían retirarse -igual que la Thatcher- sin nada concreto, sin una “salida honorable”. Tanto por divisiones internas en el poder militar (incluso en la oficialidad), la presión de los partidos burgueses (Multipartidaria) que reclamaban una “salida institucional”, como por las huelgas y luchas de masas que venían creciendo (manifestación del 30 de marzo) extendida ahora por la movilización antiimperialista que el pueblo estaba desarrollando.

En el análisis de Yofre se trasluce su posición que Galtieri, debía haber aceptado alguna variante de las que ofrecía Haig. Para Yofre se trato de una auto trampa que se hizo la dictadura en quién coloca toda la responsabilidad de la ocupación y la guerra. Producto de una caracterización errada por sus convicciones proimperialistas y aventureras Pero esto NO es correcto: TODAS las fuerzas políticas burguesas, incluida la burocracia sindical, acompañaron entusiastas la aventura militar. Tenemos que recordar que la Multipartidaria que se había constituido en julio de 1981 buscaba desesperadamente una salida “institucional” en acuerdo con el gobierno militar. En su fundación planteo claramente que buscaba “la reconciliación nacional”, es decir que el pueblo se reconcilie con la dictadura, abandonando agravios (la lucha por la aparición con vida de los 30 mil desaparecidos, etc.).

Todos sin excepción protagonizaron la autotrampa. Recién cuando tuvieron claro que el imperialismo yanqui no apoyaba la acción militar se fueron empezando a abrir y a criticar. Es interesante que en el libro, Yofre relate (pág. 316) que al terminar la reunión de Haig y Galtieri el 17 de abril, el secretario del primero, Vernon Walters, exjefe de la CIA, le

“dijera al presidente argentino que durante su estadía deseaba conversar con ex presidente constitucional Arturo Frondizi, a quien había conocido cuando acompañó a Dwigth Eisenhower en 1960 en su visita a la Argentina. El comentario fue de cortesía, porque él sabía que tarde o temprano el gobierno militar sabría de ese encuentro por su servicio de Inteligencia. Walters visito a Frondizi en su departamento (…) Tras ese encuentro el viernes 23, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) hizo público su pensamiento por medio de un documento que conmovió a la clase dirigente”, porque se abría del apoyo al gobierno y buscaba la retirada militar argentina a toda costa.

Yofre brinda algunos entretelones de importantes hechos ocurridos. Por ejemplo, sobre la jornada de lucha del 30 de marzo, donde más de 50 mil trabajadores marcharon hacia Plaza de Mayo. Durante horas fueron salvajemente reprimidos (3000 detenidos). La burocracia sindical venía teniendo reuniones sistemáticas con el poder militar. Un ala de la burocracia se planteo hacer una marcha. Fue pautado con altos jefes militares que mantenían el enlace con la burocracia. Pero –cuenta Yofre- el domingo 28 se reunió el generalato del Ejército con Galtieri y por una exigua mayoría planteo no permitir la marcha. El coronel Benjamín Menéndez, cuyo testimonio publica Yofre relata:

“Los sindicalistas sabían que la situación social era muy difícil –explosiva decían algunos- y nosotros también (…) Esa caldera debía producir un escape, una salida, para que no se agravara la situación”.

Menéndez, que se reunió con la cúpula opositora de la CGT Brasil el sábado 27 entendía que después de esta jornada de lucha controlada “después nos sentaríamos a dialogar”.

La jornada se mantuvo y…. las bases rebalsaron los relativamente estrechos propósitos de la jornada del 30. El “se va a acabar la dictadura militar” resonó no solo en los piquetes de manifestantes, sino también en los vecinos que se solidarizaban contra la salvaje represión. El mismo Menéndez plantea que debido al impacto de la jornada del 30 “en la Casa Rosada se pensó en abortar el día “D” para Malvinas, pero ya no se podía”.

De la misma manera que Yofre realiza su cronología de “La Trampa”, es evidente que está faltando la cronología de los trabajadores sobre ese período que llevó a la guerra de Malvinas. Una tarea a encarar por los revolucionarios.