Cultura
1/8/2021
Alberto a Arias (1954-2021): la poesía ligada a la revolución
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Alberto a. Arias, así, con la a del segundo nombre en minúscula, como él la escribía, nació en 1954 en 9 de Julio, ciudad de la provincia de Buenos Aires. En 1979 funda y dirige la revista Poddema, cuyo nombre proviene de Ici, Poddema, título de un libro del poeta belga, nacionalizado francés, Henri Michaux. Ese mismo año crea el Grupo Surrealista Signo Ascendente, que desarrollaría sus actividades hasta 1987. El grupo desarrolla una intensa actividad poética y política en los años de la dictadura y durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Desde muy joven se interesó por la obra del poeta Jacobo Fijman, nacido en territorios de la actual Moldavia y llegado a la Argentina a los cuatro años de edad, que padeció la internación en una institución para patologías mentales, donde residió hasta su muerte. Alberto ordenó y recopiló en Obras (1923-69) los textos de Fijman.
Alberto adhirió siempre a los postulados artístico-existenciales del surrealismo. En Signo Ascendente, grupo surrealista militante influido por dos vertientes revolucionarias, la del surrealismo y la del marxismo, y ligado a grupos surrealistas franceses, que desarrollaba intervenciones callejeras. Disuelto el grupo, en adhesión constante a los postulados vitales e intelectuales de André Breton y sus aliados. Siempre consideró que ser surrealista implicaba “la lucha irrenunciable por la libertad, el amor, la poesía, la revolución emancipadora, la superación de la prehistoria humana y de la ‘civilización bárbara’”.
Fue parte del Colectivo Signos del Topo, que administra el blog Signos del Topo y dirige la revista homónima, además de publicar libros, plaquetas y afiches. Desde 2007 ha difundido por las redes artículos, poemas y pronunciamientos artísticos, culturales y políticos. Y fundó, junto con Danara Borge, el Espacio Rosa Luxemburg, donde difundió la obra de la gran revolucionaria polaca.
En sus últimos años se dedicó Margen meridiano, título que dio al conjunto en preparación de la que consideraba su obra.
Poemas, notas y artículos de su autoría se han divulgado, entre otros, en las revistas Cultura, Show, Poddema, Signo Ascendente, Crisis (segunda época), Clepsidra, Hojas del Caminador, En Defensa del Marxismo y Signos del Topo, así como en los diarios La Voz, La Razón, en los periódicos Madres de Plaza de Mayo, Nueva Presencia, Prensa Obrera, La Estación, Redes Norte, Cuentos y Poemas, y en los boletines Arte y Revolución, Garabatos y Lucharte, entre otros medios.
Entre sus publicaciones, podemos nombrar Los sueños (con el artista Luis Morado; edición artesanal, firmada y numerada, en formato caja), el volumen de relatos Las muertes y los poemarios Himnosis 1 (antología), Lo (19 poemas), Actas del Hoambre, Primeros poemas (1974-79), Poemas de Lo y Gretel, un día un año (Libro 1 de Las Soleónicas).
Alberto fue simpatizante y, durante un tiempo, militante del Partido Obrero y de LuchArte. Y durante toda su vida adhirió al trotskismo y al internacionalismo proletario. En sus palabras: “No tengo patria, soy internacionalista. Mi matria/patria deseada, que debería concretarse en este siglo 21, es la Internacional proletaria y socialista, que debería ser fundada, expandida e instalada en el mundo entero si queremos que sea auténtica y triunfante; es decir, si deseamos que la humanidad (a la fecha, más de siete mil millones de habitantes) tenga alguna esperanza de salir de su ‘prehistoria’. Mientras no exista, me sentiré inevitablemente ‘apátrida’ y ‘amátrida’. Vale aclarar: esta Internacional jamás debería ser un ‘aparato’ sino la asociación más masiva, ágil, igualitarista y efectiva posible, en función de la humanidad deseable”.
Algunos poemas de Alberto a. Arias
Alturas del poema
Cuando escribo y cava mi mano en un ritmo de lenguaje alado,
imprecisión a paso franco
de todos los colores colorida y por todas las palabras hablada,
no hay modo de volver atrás:
así vuela el ave estrepitosa o calma en las olas del viento
o da el mar frutos de larga vida para poblar el mundo
o se tiende un puente entre dos orillas
o se canta para el niño una incógnita canción.
(1985)
La divisa en la frente
Pase lo que pasare—
como bola de fuego a través del hielo
o pedazo de locura a través de la ciudad —
…………………………………………nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
si a contraluz escribo con la pluma anclada
en mi alta noche encallada en el fablar —
…………………………………………nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
con cada para-sí… sin ton, ni son, ni ser…
en el mero hacer y deshacer de sociedad —
…………………………………………nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
mientras late doble el corazón en cada puño
atrapado en la masiva ola inmensidad —
…………………………………………nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
al poder todo el poder y después del poder
contra dineros, guerras, señor y propiedad —
…………………………………………nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
cuando la dulce lengua indígena forme el mundo
y más y más se haga amor, poesía y libertad —
…………………………………………nada de patria jamás
(1993-2001)
El nombre
A este ser que un cierto día fue
podrán hundirlo en las brumas gélidas de Auschwitz y Treblinka.
Podrán fundirlo en los campos de exterminio de la argentina Patria
o sepultarlo bajo los escombros de la heroica, altiva Gaza.
Tal vez busquen ahogarlo en las aguas de las tierras de los pilagá
…………masacrados y casi olvidados —
Eso: podrán intentar que lo olviden, y olvidarlo.
Les place sin duda desangrarlo, desgarrarlo, desmembrarlo.
Más aún: gozan con arrojarlo en la fosa común, incinerarlo,
arrojar cal viva y madera muerta sobre los despreciados despojos —
Eso: intentarán que lo desprecien, y despreciarlo.
Podrán levantar un muro, una montaña, multiversos de silencio.
Podrán sumir el mundo todo en la parálisis, el terror y el espanto. —
Podrán eso y esto y aquello — y mucho, mucho más.
Pero jamás podrán —jamás—
hacerlo…d e s a p a r e c e r.
Porque este ser que un cierto día fue,
tuvo un nombre y fue…n o m b r a d o.
(24 marzo 2016)
(A 40 años del genocida golpe cívico-militar en la Argentina.)
El sol oculto de Monelle y Marcel
De la mano de Marcel,
emergió Monelle de las penumbras del mar que me tenía cautivado
en la hora previa al crepúsculo.
Apenas recordaba yo sus palabras antiguas,
nuevas en boca de Marcel,
pero el viento ululante y helado como una medusa abisal
volcó en mis oídos el alfabeto primigenio de Monelle:
“No ames tu dolor, puesto que no ha de durar”.
Marcel la abrazó entonces
para que el congelante mar no les impidiese hablar y ser felices
…………en el “momento fulgurante”:
“Agota en cada momento la totalidad positiva y negativa
…………de las cosas”.
Y Monelle redobló ese abrazo fundente
para no sucumbir ambos en el vórtice azaroso de una torpe nada
sino en el fluir de la vida muerta y la muerte viva:
eterno río fugaz, constelación esplendente,
fulguración del universo inaccesible.
Delante de mí, en el ocaso de la luz,
los cuerpos enlazados de Marcel y de Monelle
se iluminaron poco a poco
hasta alcanzar una apariencia de roca arenisca
tocada por la baba de un sol oculto.
Recordé entonces lo que Monelle — ¿o acaso fue Marcel? —
sentenciaba, en el remolino de pasadas penumbras:
“No te preocupes por tu libertad: olvídate de ti mismo.
Sé el alba mezclada con el crepúsculo”.
(octubre 2017)
Pedido de un cadáver
Recuerden que fui un animal pletórico
……………………….de impulsos y destrezas—
un árbol frondoso de saberes y deseos—
un surco vivo, una pendiente al acaso—
el ocaso de un breve sol.
Si me guardan en una caja
pronto seré carne triste
y peor aliento.
Sólo la materia del sol nos libera
………………………de las lindes del espacio —
y también del tiempo.
(29 abril 2019)
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