Cultura

8/7/2020

Andrés Rieznik: “la militancia troskista y la divulgación científica tienen en común el pensamiento crítico”

En el ciclo de entrevistas de Prensa Obrera, el físico, neurocientífico y divulgador habló sobre su trayectoria militante y la de su familia, ciencia, religión y la actual situación política.

UJS Exactas

El rol de la ciencia y de la Iglesia en la sociedad, el desafío de les científiques en esta pandemia y la cuestión de la “moral y ciencia”, ese debate que atraviesa a todas sus ramas y que ha vuelto a tomar fuerza en los últimos años, en particular con la lucha de las mujeres y diversidades por el derecho al aborto.

Estos y otros temas, referidos a trayectorias políticas y al presente local y mundial, fueron el eje de la entrevista que brindó Andrés Rieznik -físico, divulgador científico, integrante del proyecto de investigación El gato y la Caja y conductor del programa La liga de la ciencia en la Televisión Pública- a Prensa Obrera, en una nueva edición de nuestro ciclo de entrevistas, en esta oportunidad conducida por el matemático y militante del Partido Obrero, Martín Vacas Vignolo.

Una familia militante

El diálogo de este martes 7 comenzó con el acercamiento de Andrés a la ciencia, y cómo luego llegó a la comunicación científica.

Y recordó dos momentos muy importantes en su vida, que fueron un antes y un después. El primer momento “fue cuando ganamos en el Colegio Nacional Buenos Aires, convirtiéndome en el primer presidente de la UJS de un centro de estudiantes dentro de la UBA”. El año pasado, 25 años después, la UJS volvió nuevamente a la presidencia del Cenba. “Hoy veo una juventud que lucha y se cuestiona las bases morales como en ese entonces”, destacó Andrés.

El otro momento fue cuando ganó el Martín Fierro el año pasado, y luego el galardón FUN TV por el programa de toda la televisión argentina que más contribuía en la educación de la cultura: “fueron dos premios muy importantes”, señaló.

 

 

Respecto a su formación, Andrés contó que “parte de mis influencias marxistas vienen de mi familia y de mi formación académica en Brasil, que contribuyeron en mi carrera como comunicador. La comunicación pública de la ciencia tiene una historia de libertad de pensamiento, de intentar propagar el pensamiento crítico, que creo yo que es lo que tuvo en común mi militancia trotskista con la comunicación pública de la ciencia. Por eso pienso también que el trotskismo puede tener un lugar importante a jugar como un ámbito de racionalidad en el medio de una terrible irracionalidad que nos atrapa”, por una falsa dicotomía entre quienes hacen ciencia defendiendo los intereses de la derecha y les cientifiques del progresismo -aliándose con la Iglesia- quienes hoy velan por los intereses de este gobierno nacional y popular. “Hay gente joven, entusiasmada de la ciencia, que está esperando que aparezca un poco de racionalidad en medio de esta aparente dicotomía insalvable (…) veo una continuidad entre la militancia trotskista y la comunicación pública de la ciencia”, enfatizó.

Andrés recordó a su padre, nuestro compañero Pablo Rieznik, constructor histórico del Partido Obrero: “yo me hice científico en gran medida por la influencia de mi viejo y de mi vieja. La biblioteca de mi infancia era una biblioteca de libros marxistas y de divulgación científica”. Andrés contó que su segundo nombre es “Aníbal”, de hecho, porque ese fue el nombre que utilizaba Pablo durante la dictadura.

La pandemia y la percepción de la crisis

La segunda parte de la entrevista fue sobre la situación política actual, donde su entrevistador Martín planteó que “el contexto actual de pandemia, donde se acelera la crisis económica mundial preexistente y sale a la luz el vaciamiento del sistema sanitario -que hoy está llegando a su punto de saturación-, se agrava aún más ante el número de despidos, que se proyectan en 40 millones de despidos en todo el mundo. En ese sentido, hoy la sociedad dimensiona esta crisis ¿cómo se puede analizar desde las neurociencias la percepción de la gente y cuál es el rol que juega en esta crisis?”

Andrés comenzó su respuesta con una gran pregunta “¿por qué la gente sigue votando a sus verdugos? ¿por qué la gente cree en cosas raras?”. Tras señalar que “desde las neurociencias se podría llegar a explicar como un fenómeno de autoengaño de la mente humana”, el científico afirmó que es difícil comprender o explicar “por qué tomamos las decisiones que tomamos (…) Yo soy de una generación que no íbamos a aceptar más que nos engañen, que íbamos a luchar por nuestros derechos, por la democracia. Y mi generación fue cooptada por el kirchnerismo. Y para mí esa es la gran tragedia de mi generación. La generación llamada a oponerse a los grandes partidos que presentan una falsa dicotomía entre ellos, y aparecer como una alternativa independiente, esa generación que yo la veía muy bien encaminada de repente fue copptada por el kirchnerismo”. Más aún, destacó que “mi generación, que era anticatólica, cuando hubo un Papa ‘nacional y popular’ empezó a defender a la iglesia, entonces hubo un retroceso enorme en el pensamiento crítico”.

Vacas Vignolo agregó que “esto mismo se puede ver en distintos aspectos”, como la dilación del proyecto de aborto por un presidente que se declaró el “primer feministo”, y el arraigo de la Iglesia en el kirchnerismo que demostró la negativa a ese derecho en el Congreso en 2018. Y señaló que “desde la UJS llamamos a ese sector que confió en Fernández como una alternativa para sacar a Macri, pero que hoy ve cómo no representa ningún aspecto progresivo para la juventud, a que haga una experiencia con nosotros”.

En referencia a estos puntos, Rieznik agregó que el presidente es amigo de un personaje clerical como el gobernador tucumano Juan Manzur, y que el Frente de Todos es un espacio político lleno de contradicciones.

“Esa contradicción se ve en otras ramas, por ejemplo en materia ambiental”, le sumó Martín, refiriéndose al apoyo K al convenio de Shell con Exactas de la UBA, así como la continuidad de los desmontes, por parte de un sector que se muestran como “defensor” del ambiente y con una política supuestamente “verde”.

Ciencia y moral

Andrés explicó cómo el debate entre “ciencia y moral”, fue promocionado por científicos como Lewontin, los Roses y Stephen Jay Gould, que fomentan la idea de que “la religión se ocupa de la moral, y la ciencia de la verdad” reforzando la “teoría de hemisferios no interferentes”. Y sostuvo que “las decisiones morales en nuestra sociedad, qué vamos a permitir y qué no hacer, cómo vamos a comportarnos en relación a los demás, son patrimonio del pensamiento crítico, del razonamiento, de las evidencias. De ninguna manera podemos decir que de la moral se ocupan las religiones ¿Por qué hacemos esa concesión?”. Aquí, Martín sumó al debate que “el propio Estado les da lugar a estas instituciones como una herramienta más para poder desarrollar sus planes en cuanto al desarrollo de los países, marcando una orientación que no va a favor de los trabajadores y de la ciencia sino de los capitalistas”.

Andrés polemizó con todo el sector de la ciencia progresista que sale al rescate del Papa y recordó que la famosa frase a propósito de que “la religión es el opio de los pueblos”, que Karl Marx colocara en su Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, venía seguida por la afirmación de que “el abandono de las ilusiones sobre nuestra condición” -es decir, el abandono de las religiones y del pensamiento mágico- “es a su vez, el abandono de una condición que necesita de ilusiones”.

Para cerrar esta parte, Andrés aseguró que “lo que hizo la pandemia fue poner en relieve la necesidad de tener gobiernos que basen sus decisiones públicas en razonamientos y evidencias, y entender en qué basamos nuestras decisiones”. Respecto al papel de los científicos en esta pandemia, marcó que “en general se encuentran con una muralla, cuando algo va en contra de la ciencia pero políticamente es lo que ellos creen. Parte del progresismo defiende muy bien el pensamiento crítico y la ciencia, pero muchas veces empieza a dar vueltas, a justificarse, a autoengañarse de por qué no es tan malo aliarse con la Iglesia. Tiene esa limitación política. En mi opinión, las decisiones se toman basadas en razonamiento y evidencias, no en creencias religiosas”.

Respecto al rol de la neurociencia, Rieznik destacó que “la neurociencia y la genética nos van ayudar a dar soluciones a aquellas personas que son las que más lo necesitan. La izquierda independiente puede jugar un papel importante a la hora de poner un poco de racionalidad en el debate, no puede ser que no se pueda hablar del cerebro porque te tildan de derecha. Tomemos ese conocimiento a nuestro favor y utilicémoslo para reivindicar nuestros derechos y todo lo que defendemos en el mundo. Pero no neguemos a la ciencia, no neguemos a la genética, no neguemos a la neurociencia porque, por lo contrario, son los grandes avances científicos del momento”.

Como cierre, Andrés destacó que “el movimiento de la izquierda independiente puede jugar un papel muy importante en el mundo que se viene, y a la hora de concientizar de la importancia del pensamiento crítico-escéptico y el abandono del pensamiento mágico de las religiones”.