Cultura

10/12/2015|1393

Arabia Saudita: campaña contra la sentencia a muerte de un poeta palestino


El 17 de noviembre sentenciaron a pena de muerte, en Arabia Saudita, al artista y poeta palestino Ashraf Fayadh. Crece la presión internacional en su defensa por parte de artistas, organizaciones de derechos humanos y personajes de la cultura de diversos países del mundo.


 


Fayadh, de 35 años, nació en Arabia Saudita de padres palestinos. El poeta es una de las figuras clave del naciente mundo del arte contemporáneo de Arabia Saudita (The Guardian). 


 


El caso comenzó cuando el Comité para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, la policía religiosa del país, detuvo a Fayadh en agosto de 2013 por una denuncia de un ciudadano saudí que lo acusaba de comentarios obscenos contra Dios, el profeta Mahoma, el Estado saudí, además de  propagar el ateísmo e ideas blasfemas”.


 


Fayadh fue detenido en enero de 2014, cuando los fiscales lo acusaron de cargos de blasfemia por su libro de poemas de amor Instruction Within, que se había editado diez años antes (libro prohibido en ese país). Los fiscales lo acusaron de burlarse de Dios y de los profetas y refutar el Corán. 


En los juicios entre febrero y mayo de 2014, el poeta negó los cargos, defendió sus poemas y, según los documentos de la Corte, declaró: “Me arrepiento ante Dios y soy inocente de lo que aparece en mi libro mencionado en este caso”. Amnistía Internacional denunció que durante todo el periodo de detención y juicio le negaron un abogado. Sólo después de la presión internacional le permitieron acceder a un defensor.


 


En mayo de aquel año, un juez de la ciudad de Abha lo sentenció a cuatro años de prisión y 800 latigazos y rechazó la petición del fiscal de la pena de muerte por apostasía “dado el arrepentimiento del acusado”. Pero el 17 de noviembre pasado, otro juez revisó la sentencia y lo condenó a pena de muerte al argumentar que el arrepentimiento “no era suficiente”. Falta aún la apelación y la aprobación de la Corte Suprema. Arabia Saudita ha ejecutado a por lo menos 151 personas en 2015, la estadística más alta desde 1995.


 


A principios de diciembre, más de 200 poetas y escritores del mundo firmaron una carta por Fayadh: “Es el ejemplo más reciente de ausencia de tolerancia hacia la libertad de expresión, y de persecución hacia los pensadores libres (…). No es un crimen mantener una idea. La libertad de conciencia es una libertad humana esencial” .


 


“Ashraf tiene un gran temple y estoy convencida de que no es fácil hundir a un refugiado palestino de tercera generación, pero ya lleva dos años en la cárcel”, dijo a El País Mona Kareem, la activista que difundió el caso y tradujo sus poemas.


 


Escribe The Guardian: “El caso pone de manifiesto las tensiones entre los conservadores religiosos de la línea dura y el pequeño pero creciente número de artistas y activistas que están empujando los límites de la libertad de expresión en Arabia Saudita, donde el cine está prohibido y no hay escuelas de arte. Abha, que se ha convertido en un centro para el arte contemporáneo saudí, ha sido un punto clave para estas disputas en los últimos años”.


 


Las potencias occidentales se han hecho eco de la campaña, encubriendo que Arabia Saudita es uno de sus principales aliados en la región.


 


“La revolución arrancará para cada individuo el derecho no sólo al pan, sino a la poesía”, escribió León Trotsky el 19 de enero de 1926, en homenaje al poeta ruso Sergio Esenin. Reclamemos la libertad inmediata del poeta palestino, en defensa del derecho a la más absoluta libertad de creación y pensamiento. Defendamos el derecho a la poesía.