Cultura

14/2/2008|1026

Atahualpa Yupanqui El centenario de un luchador


El 31 de enero se festejó el centenario de una de los personajes más importantes de la música latinoamericana de todos los tiempos. Se trata del argentino Atahualpa Yupanqui, compositor, guitarrista, cantor, folclorista (entre las innumerables actividades que desarrolló en su vida). Nacido Héctor Roberto Chavero Aramburu, en la provincia de Buenos Aires, en 1908, este fantástico artista nos dejó una importante obra grabada, con un sinnúmero de ritmos, de la pampa a los montes, de norte a sur, de los pagos por donde pasó, recogiendo la variada vivencia musical de indígenas, campesinos, gauchos, hombres del pueblo en general. Fueron chacareras, milongas, zambas, gatos, todo un rico cancionero siempre bajo el riesgo del olvido, que expresan el sentimiento popular en su sufrimiento y sus luchas contra los patrones y los poderosos.


"Sembrando la tierra, Juan

se puso a considerar

¿Por qué la tierra será

del que no sabe sembrar?"

(Juan)


En la más poderosa tradición de un "Martín Fierro", insumiso y orgulloso de su historia ("no me vendo, ni me alquilo", decía en una de sus famosas coplas), el "que viene de tierras distantes para contar algo" (traducción de su seudónimo indígena, como su padre, usado desde el inicio de sus actividades artísticas) nos legó mensajes de afirmación de los hombres por una sociedad que rompa con todas las formas de explotación, en la cual se impongan los principios de solidariedad e igualdad social.


"Y aunque me quiten la vida

o engrillen mi libertad

Y aunque chamusquen quizá

mi guitarra en los fogones

han de vivir mis canciones

en el alma de los demás."

(El payador perseguido)


Los exilios que sufrió, las amenazas y ataques dirigidos contra él, son la demostración de que Atahualpa no vivió en una torre de marfil, "por encima" de los conflictos sociales.


"Vive junto con el pueblo

no los mire desde afuera

que lo primero es el hombre,

y, lo segundo, poeta" (El poeta)


Al contrario, usó las armas de la poesía y de la música en el combate contra las injusticias. ¡Y cómo supo usarlas!…


"Yo tengo tantos hermanos,

que no los puedo contar,"


Tantos y tantos hermanos tuvo y tiene Atahualpa, luchadores por un mundo mejor. De ahí la importancia de recordarlo en una fecha tan festiva, ampliando siempre el número de sus hermanos.


"Y una novia muy hermosa,

que se llama libertad."


Terminando este homenaje a ese querido compatriota (sí, porque en estas Américas tenemos variados compatriotas, transplatinos, transandinos, transamazónicos, entre otros), nada mejor que las palabras de otro querido artista transplatino, el uruguayo Daniel Viglietti, escritas después de la muerte de Atahualpa, en París, en 1992:

"A este hombre que tanta conciencia supo despertar en el mundo, lo despertaremos a menudo para preguntarle por la justicia, por la belleza o por la soledad. Porque como dice su canción de los abuelos: nunca muerto, sí dormido, nuestro Atahualpa."

Conozcamos a Atahualpa. Escuchemos a Atahualpa. Pensemos en lo que nos dice. Seremos, cada vez más, mejores seres humanos.



 


* Profesor brasileño del Colegio Técnico de la Universidad Federal Rural do Río de Janeiro, miembro del Andes-SN (Sindicato Nacional de los Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior), del cual fue director durante tres períodos.