Cultura
1/3/2024
Carol y el fin del mundo: el ser humano entre la alienación, el hedonismo y los valores colectivos
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Carol.
La miniserie de animación para adultos, “Carol y el fin del mundo”, estrenada a fines del 2023 en la plataforma Netflix, nos narra la vida de Carol y sus allegados a partir de una inminente catástrofe que acabará con la vida en el planeta tierra.
Carol es una mujer de más de 40 años que lleva adelante una vida frugal, armoniosa y rutinaria. Esto no tendría nada de llamativo si no fuera porque el resto de la sociedad vive en un completo libertinaje debido a la irrupción de un fenómeno astronómico que extinguirá a la humanidad en poco más de cinco meses. Mientras la gente se tira desnuda de parapentes, viaja en cruceros sin destino cierto, se muda a destinos paradisíacos, lleva adelante fiestas bacanales y abraza distintas religiones, nuestra protagonista solo quiere conservar su modesto estilo de vida y alejarse del hedonismo desbocado, incluso el de su propia familia.
La vida de Carol parece encontrar un norte cuando consigue un empleo monótono pero misterioso ¿Qué clase de trabajo tiene sentido en medio del fin del mundo? Aquí la serie hace un contraste notorio con la situación que se nos presentó hasta ahora, al parecer Carol no es la única que necesita lo “ordinario” en su vida, con ella trabajan decenas de personas, completamente ajenas a la sociedad que las rodea, inmersas en una rutina mecánica de oficina que las ayuda a sobrellevar, más que la conciencia del inminente cataclismo, el pasado y la nostalgia que los agobian. La enajenación es total.
La serie, a partir del desarrollo de cada personaje mediante el recurso del flashback o de las historias individuales, aborda distintas problemáticas modernas, las relaciones familiares y amorosas, la sexualidad, la espiritualidad, las presiones sociales sobre lo “esperable” de los demás, el desarraigo, la soledad, la depresión, la desigualdad y la explotación.
Los escenarios en los que transcurre la historia son apocalípticos, un sistema capitalista completamente roto debido a la desaparición del intercambio comercial; el Estado cumple una función mínima de administración de algunos pocos recursos a través del Ejército, y la sociedad se organiza de forma autónoma, a través de lazos de solidaridad y del respeto a como lo distintos individuos deciden transcurrir lo que resta de su vida; a pesar de la situación, se logra sostener un orden elemental.
“Carol y el fin del mundo” nos muestra el abanico de posibles reacciones que un ser humano puede tener ante una catástrofe que significa el fin de todo lo conocido, también las consecuencias que ha traído para las mayorías laboriosas haber dedicado su vida entera a trabajar, a poner en funcionamiento el sistema, dejando de lado a sus familias, sus proyectos y sus disfrutes. Pero al mismo tiempo pone de manifiesto que los lazos de fraternidad, compañerismo y solidaridad son lo que realmente ponen en riesgo “el sistema”, más que cualquier catástrofe, y son los que realmente dan sentido a nuestra existencia.
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