Es de público conocimiento que el Partido Obrero me ha ofrecido una candidatura a diputada nacional. Al principio me sonó extraño porque la política no es mi tarea habitual. Después me di cuenta de que, de todos modos, vengo luchando por el derecho a la libertad desde la dictadura militar del ’76, después formé parte de grupos literarios con planteos progresistas, siempre pensando que la literatura y el arte pueden cumplir una función social sin quitarle legitimidad a la obra que se produce.

En este momento de la Argentina, en el que el hambre, la desocupación, la superexplotación de los trabajadores, el analfabetismo, van haciéndose carne, ¿a alguien le caben dudas de que es necesario que todos cumplamos una función social? Pues bien, la izquierda — tradicionalmente — es quien se ha hecho cargo de ese tipo de planteos, pero estamos pasando por una etapa donde la izquierda es cooptada por el imperialismo y los capitalistas; ahí está Lula y aquí Kirchner para demostrarlo. En nombre de la izquierda “setentista” Kirchner consiguió “por las buenas” la salida de la crisis de 2001-2002. Pero los piqueteros nunca cedieron a sus cantos de sirena, siguieron reclamando derechos sociales, exigiendo justicia por los asesinatos y defendiendo su modo de organización.

Los artistas y escritores tenemos reivindicaciones propias. En Córdoba, por una mera interpretación de la idea teológica sobre la concepción de Cristo, Juez cerró una muestra de diez artistas en la Navidad pasada. Después envió a la cárcel a las artistas de Urbomaquia por pintar sobre un basurero de la peatonal y, para completar su conducta fascista, felicitó públicamente al delator. El presupuesto de la cultura oficial en la Docta admite nuevas edificaciones y compras nada austeras, pero en el San Martín los reclamos salariales y por el derecho a mostrar la producción y que las empresas privadas no impongan su programación ya se han planteado varias veces.

En suma, ni dinero ni libertad para la cultura, desde un Estado más preocupado por pagarle al FMI, cumplir los compromisos con las privatizadas, ocultar la corrupción de los políticos, las responsabilidades en los asesinatos.

Podríamos seguir enunciando la falta de responsabilidad, de planeamiento y de incentivos, así como analizar la censura más o menos sutil que se aplica en los organismos oficiales de la cultura. Pero sería materia de muchas charlas, no de una carta. Una carta da noticias breves y acuerda algo con el destinatario para un futuro. El acuerdo que propongo a los artistas y escritores de Córdoba es el de luchar para conformar un Frente de izquierda 100 X 100. No se trata sólo de partidos, es necesario que estén los grupos y los creadores individuales independientes, desde el que hace malabares o canta en la peatonal hasta los que llevan premios ganados en el extranjero.

Esta actitud ya la han adoptado a nivel nacional muchos artistas y escritores en grupos o en forma individual. Han realizado reuniones y festivales artísticos en apoyo a esta postura. La convocatoria es a reunirnos para discutir sobre este planteo y proponernos tareas para llevarlo adelante.

Los esperamos a todos.