Basada en un trabajo de Miguel Lozupone, y con dirección de Matías Puricelli, se exhibe en el Centro Cultural San Martín hasta el 18 de junio -sábados a las 21 y domingos a las 20:00- Descubriendo al Che, una obra teatral que se concentra en la intimidad del revolucionario argentino, sin descuidar por ello los aspectos políticos.

A lo largo de una gran puesta en escena que cuenta con dos cámaras en vivo y material de archivo, y que, en lugar de un seguimiento lineal o cronológico, escoge una lograda superposición de momentos claves de la vida del Che (el viaje en moto por América Latina junto a su amigo Alberto Granados; la revolución cubana; el discurso frente a la ONU de 1964 y, sobre todo, su captura en Bolivia) el director emprende desde los márgenes del escenario, a modo de una voz en off, una disección de la vida del rosarino. Así nos topamos con sus rasgos característicos: su arrojo, su odio implacable por el imperialismo y la explotación capitalista, y su internacionalismo infatigable.

El despliegue cubre cada rincón de la sala; hasta el público queda transformado en un personaje más cuando el protagonista se para en un atril y brinda su famoso discurso frente a los delegados de Naciones Unidas, o bien cuando se descubre apuntado por los fusiles, en un pasaje que problematiza la cuestión de los fusilamientos y ejecuciones en la guerra revolucionaria.

Es una obra de gran densidad que sabe administrar la tensión con algunas pinceladas de humor y momentos de gran ternura, como el comienzo de la relación sentimental del Che con Aleida March, ella también guerrillera del Movimiento 26 de Julio; un bromista Guevara que se lanza al medio del Amazonas en plena noche, pese a los ruegos de su amigo Granados; y el testimonio de Celia de la Serna, la mamá, que recuerda cómo un día de 1951 lo vio partir del departamento de la calle Araoz, en Palermo, y dejó entonces de ser “Ernestito” para empezar a ser el “Che” Guevara.

A qué fue el Che a Bolivia, o por qué se fue de Cuba. Esa es otra de las preguntas recurrentes que se hace la obra. El autor imagina los debates con Fidel Castro, a raíz de las críticas a la burocracia de la Unión Soviética, como uno de los posibles detonantes, y la propia voluntad del Che de expandir la revolución por el resto de Latinoamérica y el mundo -antes de internarse en Bolivia, dirigió una breve experiencia guerrillera en el Congo.

Hace pocas semanas murió en Bolivia Gary Prado, quien dirigió el operativo de captura del Che en la selva boliviana, con apoyo de la CIA, y quien también está personificado en la obra. Una figura que escribió un libro sobre la detención del revolucionario argentino-cubano y que en la recta final de su vida fue encarcelado por apoyar los intentos secesionistas de la oligarquía de Santa Cruz de la Sierra, salvándose en 2020 gracias a un sobreseimiento, durante el gobierno golpista de Jeanine Añez. El año pasado había fallecido también el cabo Mario Terán, ejecutor del Che. Sus nombres apenas si serán recordados por su fugaz contacto con uno de los mayores hombres del siglo XX, quien, a pesar de caer un triste día en una derruida escuela de La Higuera, no dejó de ser un emblema de la lucha por la revolución socialista mundial.

Ficha (extraída del sitio Disfrutemos BA)

Autoría: Miguel Lozupone
Adaptación: Matías Puricelli y Francisco Ruiz Barlett
Dirección: Matías Puricelli
Producción: Miguel Lozupone, El Cultural San Martín y El Método Kairós Teatro
Actuación: Francisco Ruiz Barlett, Enrique Dumont, Graciela Pafundi, Renzo Morelli, Mariel Neira, Tadeo Macri, Leonel Camo, Martina Maisterra, Jisa Rodriguez, Samir Carrillo y Greta Dumont
Escenografía: Giuliano Bendetti 
Música: Juan Ignacio López
Vestuario: Carol Peiretti
Iluminación: Samir Carrillo
Fotografía: Nacho Lunadei
Puesta en escena: Seku Faillace, Francisco Ruiz Bartlett
Diseño gráfico: Lucila Gejtman
Registro audiovisual del proceso de ensayos: Samir Carrillo
Comunicación y prensa: Varas&Otero
Redes: Alexis Mazzitelli
Asistencia de dirección y producción: Camila Osa
Asistencia de escena: Carmela Pando
Dirección audiovisual: Nicolás Grandi

Entradas disponibles aquí.

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