La naturalización de la violencia contra la mujer desborda límites insospechados. La telenovela Educando a Nina emitió un episodio en el que uno de sus personajes cuenta cómo fue violada por su pareja con un arma en la cabeza. La “anécdota” está contada en tono de comedia. El personaje de Susy, interpretado por Jorgelina Aruzzi, le cuenta a Nina, interpretada por Griselda Siciliani, cómo su novio la obligó a tener sexo poniéndole un revólver en la cabeza. El tono en el que se cuenta el hecho tiene el tono de comedia.

La gravedad del suceso estriba en que se toma como chiste un acto de sometimiento y de violencia y se reproduce a través de un show televisivo de gran rating, expandiendo a grandes sectores de la población la noción de que una violación de esa naturaleza podría ser tomada como una broma. Una cuenta de Facebook que recoge escenas de la telenovela, y que incluyó la polémica escena, fue escenario de repudios incluso por parte de los fans del programa –lo cual constituye un hecho auspicioso. También es cierto que hubo comentarios que minimizaban la gravedad de la escena y la catalogaban simplemente como una manifestación humorística.

El acto relatado por el personaje constituye una violación, incluso aunque haya sido realizada por su pareja. Obligar a una persona a tener sexo mediante la violencia está penado por la ley y está tipificado como delito de abuso sexual. El sojuzgamiento violento de una mujer por parte de su pareja constituye una de las formas más aberrantes del machismo –y una de las más extendidas. La mayor parte de los femicidios y abuso contra las mujeres se realiza al interior del hogar. La institución familiar no excluye, sino que reproduce en su interior, la ideología dominante y las relaciones de dominación que imperan en la sociedad capitalista.

A días de que comience el 31° Encuentro Nacional de la Mujer en Rosario es necesario, más que nunca, levantar la consigna de #NiUnaMenos y organizar a vastos contingentes de mujeres para concientizar y defender sus derechos, una perspectiva que es una tarea de todos los sectores oprimidos y de la clase trabajadora, que no alcanzará su liberación si perpetúa en sus propios actos la opresión sobre el género femenino. 

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