Cultura

14/7/2016

El capitalismo, según Capusotto

En la 11° temporada de Peter Capusotto y sus videos, el cómico utiliza una lente marxista.


El regreso a la pantalla de Peter Capusotto y sus videos trajo, como siempre, novedades, polémicas y otros agregados al frondoso -pero en general monótono- espectro humorístico que brinda la TV actual.




El programa comenzó en 2005 y ya va por su 11º temporada. Cada edición viene siendo, crecientemente, una apuesta televisiva prometedora. La nueva temporada, que comenzó el pasado lunes, parece continuar esta tendencia.




El ciclo de Diego Capusotto y Pedro Saborido cuenta, esta vez, con una variante particular: será emitido en toda Latinoamérica a través de TNT y TBS. Quizá por la expansión del público que esto supone, hacia otros países, éste fue un comienzo caracterizado por segmentos que aludieron, de manera más general, a la descomposición capitalista y la crisis mundial en sentido amplio (algo que, por otra parte, Capusotto viene representando desde hace tiempo). Pero esta vez -saliendo del ámbito nacional- agudiza el foco: la crítica al capitalismo es más clara y la exposición del mismo, como problema central, más contundente.




Aparecen el rol hipnótico de los medios masivos de comunicación y su carácter dominante en la sociedad; las drogas y el rock  abordado desde un costado irónico, en su función anestesiante en la juventud ("El capitalismo utiliza todo lo que tiene a su alcance para dominar a las masas y también para distraerlas"; la frase introduce un supuesto complot entre Mick Jagger y Keith Richards "para levantarla en pala" con el negocio del rock). Esos fueron, entre otros, los ejes más innovadores en la nueva propuesta del cómico.


 


Y lo fueron, sobre todo, porque este enfoque presenta un viraje en relación a temporadas anteriores: en ellas se abordaba fundamentalmente la figura del peronismo, con personajes como el memorable Bombita Rodríguez, o vertientes reaccionarias de ciertos sectores de la sociedad argentina, como expresó la figura de Micky Vainilla.


 


Ahora, en cambio, Capusotto utiliza una lente marxista. O algo así. Desde el enfoque ácido que lo caracteriza, los segmentos de la nueva temporada desarrollan aspectos relacionados a la superexplotación capitalista y a los métodos de sujeción ideológica de las masas.


 


La cita al comunismo fue explícita desde el primer bloque. Vale como ejemplo la falsa publicidad del "Teatrito Marxista", un improbable teatro de títeres dirigido a "una niñez para cambiar el sistema", que incluye un muñeco de "Trotsky asesinado y un cerdo burgués para combatir".


 


Todo esto, claro, sin prescindir de nuevos personajes desopilantes como “Senilcienta”, una parodia de la historia de hadas, esta vez protagonizada por una anciana gagá; “El hijo reclamador”, en donde se llevan al extremo las contradicciones de un padre contemporáneo; o “Wonder Goldman”, una Mujer Maravilla-madre judía preocupada por los problemas del mundo.


 


Con nuevos personajes, temáticas y extraordinarias actuaciones, Peter Capusotto y sus videos vuelve a colocarse como uno de los grandes del humor actual, sin dejar de intervenir, desde su arte, en la realidad social y política.