En la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires, antes de que el gran Quino fuera reporteado, hicieron declaraciones públicas los ministros de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi.”Las políticas educativas y culturales del Estado nacional revalorizan el libro y la industria editorial argentina”, dijo Sileoni, y señaló que “la próxima gestión encontrará en 2015 un país con una industria editorial de pie, con menos fotocopias en las aulas y más libros en las bibliotecas”. El ministro descuenta que la próxima gestión no lo encontrará al frente de la cartera educativa, pero deja constancia de que la gestión de salvataje de la burguesía nacional llegó a las editoriales, que también la levantaron con pala.
Lombardi, en cambio, prefirió citar a Quino y dijo, como Felipe a Mafalda: “¿No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fueran más importantes que los bancos? ¿No es monstruoso que se impriman más billetes que libros?”. El ministro olvidó señalar que el depreciado salario docente, por ejemplo, explica la ausencia de billetes para comprar libros y que él ha cerrado más espacios culturales que bancos.
Los dos defienden los intereses del gran capital. Como diría Borges: el otro es siempre el mismo.
El otro, el mismo
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E. M.