La nueva película dirigida por Daniela Goggi, basada en el libro “El Salto de papá” del periodista Martín Sivak, es una ficción inspirada en un hecho real, el secuestro en 1985 del empresario Osvaldo Sivak, tío del autor de esa obra literaria.

Con un gran elenco, que incluye a Rodrigo De La Serna (interpretando a Julio Levy), Julieta Zylberberg (esposa de Julio), Germán Palacios (Miguel, hermano de Julio), Jorge Marrale (padre de Julio y Miguel) y Andrea Garrote (cuñada), el film transcurre en un Buenos Aires de inicios de la década de 1980: Julio Levy (personaje inspirado en el empresario Jorge Sivak) retorna al país, post dictadura cívico-militar, donde se había exiliado por su definición política, personal y familiar. A pocos días de su llegada es secuestrado su hermano, Miguel (personaje inspirado en el empresario Osvaldo Sivak), y se debe poner al frente de la negociación con sus captores, mano de obra desocupada del genocidio de Estado, que exigen una importante suma de dinero por su liberación.

Jorge Sivak fue un banquero ligado al negocio hipotecario y también al Partido Comunista y, posteriormente,  a la alianza guerrillera Frente Argentino de Liberación (FAL). Su hermano, Osvaldo Sivak, fue secuestrado en dos ocasiones. Primero el 8 de agosto de 1979, liberado luego de que su familia abonara una alta cantidad de dinero. Seis años después, vuelve a ser retenido por ex integrantes de fuerzas represivas del Estado. Inclusive, policías que en el ‘79 jugaron un papel de negociación con los captores, fueron sus secuestradores en democracia, como es el caso de Roberto Buletti que “durante una década lideró una banda especializada en secuestros extorsivos seguidos de muerte” (Télam, 31/7/2021).

“El Rapto” retrata un secuestro que tuvo en vilo al país y no configuró un hecho aislado. Bajo la democracia, se sucedieron una gran cantidad de secuestros extorsivos por parte de bandas delictivas formadas por personal reciclado de la dictadura, que ganaron lugar importante en los medios y agenda pública.

Las fuerzas de seguridad, a más de cuarenta años de democracia, siguen siendo responsables y cómplices del delito organizado.

La película se estrena semanas previas a la llegada al Poder Ejecutivo nacional de Javier Milei, quien viene a darle mayor poder de acción a estas fuerzas represivas altamente corruptas.

“El Rapto” sirve para hacer una observación histórica y presente del atropello de los derechos humanos en la Argentina. Una situación que debe inspirarnos para ganar las calles por el juicio y castigo a los genocidas de ayer y hoy y por el desmantelamiento del aparato represivo.

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