Cultura

30/12/2016

Felco: un encuentro de arte y lucha

Su décima edición contó con el aporte de centenares de artistas. Un balance.Su décima edición contó con el aporte de centenares de artistas. Un balance.


La décima edición del Festival Latinoamericano de la Clase Obrera contó con la presencia de más de 2200 espectadores que presenciaron las obras de unos 500 artistas en más de 40 actividades realizadas en diversos barrios de Capital, Gran Buenos Aires, en La Plata, Santa Fe y Salta. Artistas del teatro, el rock, tango, hip hop, danzas, cine, literatura, fotografía, pintura y otras disciplinas se hicieron presentes en este “festival de otra clase”.


Los artistas se habían acercado a través de una convocatoria política que contó con cientos de adhesiones y planteaba que “el capitalismo es un régimen socialmente agotado, que conduce a la humanidad a la barbarie”.


Se destacaron los festivales multidisciplinarios, así como las muestras de trabajadores de distintos gremios (hubo muestras de trabajadores telefónicos, Enacom, judiciales, comercio, estatales, construcción y del subte) y la novedad fueron las batallas de rap, breackdance y hip hop en barrios y parques: su participación era una cita obligatoria ya que se trata de géneros de características combativas desde sus orígenes.


Nenina, la obra escrita por Luciana Morcillo, Olga Viglieca e Iván Moschner y dirigida por Moschner -producida para el festival con 16 actrices y distintos formatos individual (grupal, para teatro clásico o espacios alternativos)- se convirtió en una producción sobre la mujer que continúa girando en decenas de escenarios y sigue generando grandes debates.


Hubo actividades con eje en el debate sobre el arte -especialmente la muestra/clínica de Andrés Mangone y la charla con muestra fotográfica sobre Julio Cortázar-.


En el festival, las reivindicaciones de los artistas exigiendo al Estado espacios públicos para tocar se combinaron con aquellas que hicieron eje en los problemas puntuales de los barrios como el derecho a la vivienda, la salud, la educación y el trabajo.


La autoorganización de las actividades por parte de los artistas participantes, sumado a los riquísimos debates sobre la realidad de los artistas, de la clase obrera en general y de la situación política nacional, latinoamericana e internacional fueron, como en todas sus ediciones, los sellos distintivos del festival.


Se realizaron asambleas entre los artistas que produjeron un salto político de calidad. La declaración debatida y votada por unanimidad plantea que la crisis de la humanidad es consecuencia del régimen social y que los presentes recambios derechistas no tienen otra perspectiva más allá de un mayor ataque a las condiciones de vida de los explotados


En Latinoamérica asistimos, luego del fracaso de los centroizquierdistas y nacionalistas que habían sido elementos de contención de la reacción popular ante las grandes crisis gestadas en los años noventa, a débiles recambios derechistas que llegaron al poder por elecciones o golpes apoyados por el imperialismo para aplicar el ajuste contra los trabajadores.


Del debate se desprendió la consideración de que la única salida razonable para la crisis mundial y latinoamericana es la revolución socialista. Incluso mientras la reacción política intenta enterrar la vigencia de la revolución cubana a partir de la muerte de Castro.


Las formas, la independencia y la libertad de creación


La declaración política del Felco resulta de la experiencia de los debates acumulados en las ediciones previas puesta en juego en esta asamblea planteando definiciones importantes en cuanto a lo formal, a la independencia y a la libertad de creación:


“La defensa de nuestra autonomía e independencia en la expresión artística estará dada en nuestra capacidad de involucrarnos al movimiento general de la clase trabajadora.


Las búsquedas formales que nos comprometemos a desarrollar en nuestra intención de hacer del arte una herramienta para el devenir sujeto de la clase obrera deben ser independientes de toda regimentación de un estado, un mercado o un partido.”


“En cuanto al debate de las formas nos manifestamos a favor de una total libertad de búsqueda formal. El arte es una expresión profunda del sujeto y su expresión no debe ser cercenada jamás. Es el capitalismo el mayor opresor de la libertad del arte, en tanto que la división del trabajo entre trabajo intelectual y trabajo manual le sustrae la posibilidad de desarrollo de la expresión artística a una inmensa mayoría de los explotados. En estas condiciones, ningún artista puede ser plenamente libre al mismo tiempo que ningún explotado, plenamente sujeto.”


Siendo el capitalismo el mayor opresor de la libertad de expresión consideramos que los artistas tenemos el desafío de luchar por nuestra independencia y fundir esa lucha con la de la clase obrera por su emancipación.


Dicha independencia y autonomía en la expresión artística -contra las presiones de la cooptación estatal y de las presiones del mercado- estará dada en nuestra capacidad de involucrarnos al movimiento general de la clase trabajadora.


La declaración tiene el valor de poner en pie nuevamente la posición de unidad entre la independencia de los artistas y de la clase obrera en general, marcando la estrategia de la revolución socialista en el continente como única salida a este régimen en descomposición.


Pero no nos detenemos en este planteo general sino que como resolución, el Felco es una herramienta para la recuperación de las organizaciones sindicales de manos de la burocracia allí donde existen sindicatos o asociaciones y la formación agrupamientos en aquellas disciplinas donde no fueron creados.


Lanzamos nuevas reuniones por disciplina para organizarnos y lanzamos una gran campaña de suscripciones de artistas de todo el continente a esta declaración.


Nos comprometemos a realizar una fuerte campaña para que el Felco, como ensayo general de estos planteos prácticos, sea multiplicado y darle continuidad a esta herramienta de lucha por la emancipación de los explotados.


¡Larga vida al FELCO!