Cultura

17/2/2022

Neuquén

Fiesta de la Confluencia: la privatización de la cultura con entrada libre y gratuita

Organicemos a las y los artistas de manera independiente.

Centro Cultural Mariano Ferreyra Neuquén

Fiesta de la Confluencia

Entre el 9 y 13 de febrero se realizó la 9° Fiesta de la Confluencia en Neuquén capital. Un evento que inauguró el fallecido exintendente Horacio “Pechi” Quiroga (Cambiemos). Un oneroso megaevento que el intendente Mariano Gaido (MPN) ha heredado con gusto y llevado a la más alta expresión de la privatización de la cultura.

En 2022 congregó a un millón de personas (siendo el 40% de otras provincias) y el lineup incluyó a Damas Gratis, Nahuel Pennisi, Los Tekis, La Vela Puerca, Divididos, Kapanga, Luciano Pereyra y Tini, entre otros de renombre nacional.

El cronograma incluía un preconfluencia y escenarios alternativos con artistas locales.

Indudablemente poder presenciar en vivo bandas de gran trascendencia de manera gratuita no es algo que ocurre todos los días. Y es algo con lo que especuló Quiroga, en su momento, y ahora Gaido, para cubrir con un manto de populismo un meganegocio.

Hubo una gran polémica por el valor del caché de las y los artistas nacionales, pero el gran negocio estuvo detrás de bambalinas, superando cinco veces más lo gastado en caché. Fueron las empresas contratistas, consultoras, publicistas, productoras las que se llevaron la porción más grande de la torta. Amasando fondos que muy bien podrían ser destinados al acceso a la cultura para el resto del año.

Por otra parte se han hecho escuchar las voces de artistas locales que han criticado la falta de diversidad en los escenarios alternativos, el pago de un caché irrisorio, el reclamo de un cupo femenino en los escenarios, entre otras cosas.

Nadie duda que compartir un festival/evento con artistas de renombre es importante para los grupos locales, pero cobrar $40.000 de caché se parece más a un maltrato comparado con los cientos de millones gastados en un festival que se a transformado en un nuevo tester para los rankings nacionales.

Al gobierno le vino muy bien testear solamente a personas con síntomas de Covid, solo si eran mayores de 60 años o con comorbilidades. Desentenderse de los testeos le sirvió para manipular los datos oficiales y mostrar que en la provincia disminuían los casos, para evitar los cuestionamientos por la realización de un festival de cientos de miles de personas.

Una perlita contradictoria de esta fiesta es que los principales auspiciantes fueron Tecpetrol, Pan American Energy e YPF, entre otros responsables de la depredación medioambiental. En plena isla 132 y a pocos metros de la confluencia de los contaminados y vaciados ríos Limay y Neuquén, las organizaciones socioambientales denunciaron esto, y el propio Ricardo Mollo, líder de Divididos, en medio del recital, se pronunció en defensa de los ríos y en contra de la megaminería.

La Fiesta de la Confluencia dejó expuesta la política de privatización de la cultura. Las y los artistas necesitamos organizarnos de manera independiente para hacer valer nuestras demandas y necesidades, que son comunes para quiénes estuvieron en el escenario y para los que no pudieron subir a él. Vale para todas las fiestas populares de la provincia. Y para quienes durante los 365 días del año sostienen como pueden las condiciones para exponer, crear, producir, publicar, ensayar, tocar, etc.

Por una asamblea de artistas que ponga en pie los sindicatos como trabajadores y trabajadoras de la cultura, por el acceso a la programación de las fiestas populares, por circuitos barriales y provincial con caché definido por las y los artistas y pagado por el Estado.

La Fiesta de la Confluencia es la cara del derroche oficial que contrasta con el ajuste del FMI, también para la cultura. Por eso las y los artistas estamos llamados a organizarnos y luchar.