Cultura
14/4/2017
Gran asamblea de cineastas en el Cine Gaumont
Más de 1000 realizadores y trabajadores del cine debatieron la crisis del sector
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El jueves 13 se realizó una gran asamblea de la comunidad cinematográfica argentina como respuesta al cimbronazo que produjeron las salidas de Alejandro Cacetta de la presidencia del INCAA y de Pablo Rovito de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC).
Aunque Cacetta fuera desplazado por el mismo gobierno que lo nombró con acusaciones de corrupción, su gestión fue reivindicada en el mismo comunicado de su despido. Al haber logrado la implementación del nuevo plan de fomento, que concentra cada vez más los recursos en manos de las grandes productoras ligadas a las empresas de medios, su tarea estaba cumplida, al tiempo que su política de cooptaciones y concesiones se volvió incompatible con el ajuste.
Si bien estas salidas, sobre todo la de Rovito, aparecen como el detonante de la convocatoria, no fueron su única razón de ser. La comunidad cinematográfica leyó, en este golpe, un refuerzo del plan de ajuste y una avanzada sobre conquistas preexistentes, algunas de las cuales fueron arrancadas por la lucha como la designación por concurso del rector de la ENERC. Tampoco la convocatoria, que desbordó la sala 1 del cine, ha sido un rayo en cielo sereno: el sector de documentalistas hace tiempo viene realizando asambleas abiertas. La novedad que introduce esta asamblea es la inclusión de todos los sectores vinculados a la actividad y su necesidad de hacer ganar visibilidad a los reclamos y reivindicaciones. El hecho de que los moderadores de la asamblea estuvieran vinculados a DOCA (Documentalistas Argentinos), la asociación más combativa, es toda una pintura del carácter que tuvo.
En el transcurso del debate, aunque no sin vaivenes, dudas y posiciones vacilantes, se pudo apreciar la preocupación por sostener la producción de los realizadores nacionales y los puestos de trabajo en la ENERC y el INCAA, entre otras mociones ligadas a la defensa del cine argentino. La intervención del Ojo Obrero, en la voz de Julián Morcillo, colocó el acento en la necesidad de la democratización del INCAA y la elección de sus autoridades y planteó debatir una nueva orientación social del plan de fomento en defensa del cine independiente, lo que fue un punto de inflexión en la asamblea. Pero por sobre todas las cosas el voto unánime sobre la necesidad de organizarse y continuar con el método de las asambleas y las movilizaciones marca toda una evolución positiva de la comunidad cinematográfica. El próximo miércoles en la inauguración del BAFICI se estrena el plan de lucha.
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