Cultura

2/8/2023

Opinión

Greta corazón de León o la misma Barbie con sombrero nuevo

Barbie, la película

Ya hace varios días se estrenó la nueva película de la directora Greta Gerwig, Barbie. La película de Warner, realizada en un acuerdo con la fábrica de juguetes Mattel, rompió récords de taquilla, se convirtió en un evento cultural, llenó de color rosa las salas del mundo y de debates las redes sociales. ¿Barbie puede ser feminista?

La película comienza con un homenaje a la famosa escena del comienzo de “2001: Odisea del espacio”, de Kubrick. Pero acá no son monos, si no niñas, y no son huesos, si no bebes de juguete los que estallan contra el suelo por la aparición de la muñeca Barbie. No faltó quien acusó a la directora de “mata-bebes” por la analogía. Según cuenta la narradora Barbie fue creada como una alternativa al juego de ser madre, una muñeca modelo a seguir, una mujer con profesiones y cargos de poder.

En 1959, Ruth Handler fundadora de Mattel, junto a su esposo Elliot Handler y Harold Matson, lanzó al mercado la muñeca Barbie. Los comienzos de la muñeca coinciden con los comienzos de la segunda ola feminista en Estados Unidos, en donde entre los principales reclamos estaban la exigencia de no estar condenadas a las tareas domésticas y la oportunidad de poder desarrollarse profesionalmente, sin embargo una de las limitaciones de esta segunda ola fue dejar por fuera las problemáticas de las mujeres de la clase trabajadora doblemente oprimidas, centrándose en los problemas de la mujer blanca perteneciente a una pequeña burguesía con posibilidades de un desarrollo profesional.

Cuando en la película nos presentan Barbieland, las Barbies ocupan todos los lugares importantes de la sociedad y los Ken son accesorios. Viven en un mundo en donde aparentemente no existen opresiones. Barbie es presidenta, Barbies son la corte suprema, etc. En este mundo de juguete no existen, para ellas, los problemas. Igualmente, tampoco existe la sexualidad, ni la familia, ni la maternidad (a excepción de Midge, una muñeca embarazada, que fue discontinuada pero tiene su casa en Barbieland), ni una división de clases; no existen Barbies pobres. “Todas las noches es noche de chicas” y todo es fiesta. Creen además haber logrado esto en el mundo real, como lo quiso, según la película, la creadora de la muñeca.

El cruce con el mundo real se da a partir de una crisis existencial de “Barbie Estereotipada”, interpretada por Margot Robbie, “¿alguna vez pensaron en la muerte?”, dice en medio de una fiesta. Y luego de una serie de peripecias, viaja, junto a Ken, a solucionar esta crisis en el mundo real. Era un reflejo de la niña, que luego descubrimos ya mujer adulta, que jugaba con ella.

En el mundo real, Barbie se choca con una sociedad en donde es cosificada. Mientras Ken descubre al patriarcado (y los caballos), ella se encuentra con que las Barbies no habían liberado a la mujer de toda opresión. La noticia se la da una adolescente, acusándola de fascista, de reproducir todos estereotipos y estándares irreales para la mujer. Esta adolescente es la representación de una actual generación feminista, que trajo otros debates a esa segunda ola en la que se creó Barbie.

Dentro del mundo real están las oficinas de Mattel, dirigidas por un grupo de hombres incapaces y medio sonsos, que en un momento aparentan ser los antagonistas de la historia, pero finalmente su línea argumental queda solo como pequeñas escenas de comedia en medio de la historia. El mundo real, no es tan real, los ejecutivos no tienen malas intenciones, solo son incapaces. El breve tiempo que transcurre en este mundo no se aborda tampoco el porqué de la existencia del patriarcado en él.

Queda entonces, en la película, el problema del patriarcado relegado a un problema cultural y de costumbre. Ken logra rápidamente instalarlo en Barbieland y Barbie, junto con Gloria, la trabajadora de Mattel reflejo humano de ella, y su hija, logran rápidamente tirarlo abajo. El método con el que lo logran es la organización de las Barbies para volver a ocupar sus lugares.

Hay una problemática que atraviesa la película y es las presiones que sufre la mujer de no ser nunca suficiente, de la exigencia de perfección, le sucede a Gloria, por lo tanto a Barbie, y es finalmente la aceptación de la no perfección la que las libera. ¿Qué nos exige a las mujeres esta perfección y suficiencia? Está claro que las mujeres nunca vamos a ser suficiente para este sistema si nos salimos del lugar asignado de reproducción de mano de obra, cuidado de las tareas del hogar y si encima lo cuestionamos y nos organizamos contra ello.

Lo que está fuera de todo debate es el beneficio que trajo esta película para Mattel, en el último mes, sus acciones subieron un  17,37%. La muñeca, la Barbie estereotipada de estándares inalcanzables, que critican las adolescentes de la película, volvió a subir en ventas. No hay mala publicidad, solo publicidad.

Barbie es, en efecto, una película del feminismo, y tiene en ella las mismas limitaciones que cualquier película de la industria hollywoodense, dejando por fuera la doble opresión de género y clase. Ahora, volviendo a lo que plantea durante su película Greta Gerwig, porque deberíamos exigirle que sea perfecta, o que sea más de lo que es, una excelente comedia que juega mucho con el recurso de la parodia, sin dejar de reivindicar la necesidad de las mujeres a organizarse para salir de una situación de opresión.

En medio de una avanzada de discursos de derecha y fascistas, Greta Gerwig logra poner en todas las pantallas de los principales cines una historia sobre algunos de los padecimientos que sufrimos las mujeres, un cuestionamiento al patriarcado. Una historia dirigida hacia las mujeres en una industria cinematográfica en la cual siempre ocupamos el rol accesorio al protagonista, esta vez le tocó a Ken y eso incomodó.

En nuestro mundo real sabemos por otro lado que la solución no es que las mujeres ocupen lugares de poder. Ya tuvimos una Margaret Thatcher, tenemos una Kristalina Georgieva, o sin irnos muy lejos una Cristina Kirchner o una Patricia Bullrich. Todas demuestran que no por ser mujer van a defender los derechos de las mujeres, ni mucho menos los derechos de las mujeres trabajadoras. En nuestro mundo real toca organizarnos también contra este sistema, que nos oprime doblemente como mujeres de la clase trabajadora, de manera independiente de las mujeres políticas capitalistas que ponen por encima su interés de clase y lo defienden.

https://prensaobrera.com/cultura/oppenheimer-una-advertencia-que-mantiene-vigencia