Cultura

24/12/2018

Ha muerto el luchador Osvaldo Bayer

Decía de sí mismo que era “anarquista y pacifista”, aunque a su vida no le faltaron combates desde temprano. En 1948 (tenía 21 años y gobernaba Juan Perón) se negó a hacer el servicio militar y por eso, además de la correspondiente paliza, debió barrer despachos de oficiales cada día durante 18 meses. Y no cejó en la lucha hasta sus últimos años, cuando puso su empeño en el esclarecimiento del crimen de Mariano Ferreyra y en la defensa de las fábricas recuperadas, Zanón y tantas otras.


Historiador con título de la Universidad de Hamburgo, Alemania, fue también periodista y guionista cinematográfico. En su trabajo de guionista será inolvidable el de “La Patagonia rebelde”, en 1974, dirigida por Héctor Olivera con la actuación de Héctor Alterio, Luis Brandoni, Federico Luppi y Osvaldo Soriano, entre otros. Duró poco. Aunque después de varias idas y venidas —y varios meses— Perón autorizó su exhibición, después de su muerte la prohibió un decreto de Estela Martínez (el 13 de junio de 1974) y todos sus protagonistas, incluido Bayer, debieron marchar al exilio perseguidos por la Triple A. Bayer podía ser pacifista, pero sus enemigos no: eran criminales, y él supo hacerles frente.


Bayer conocía la Patagonia. Allí, en 1958, había fundado “La Chispa”, al que denominó “el primer periódico independiente de la Patagonia”. Fue amenazado y perseguido, por ese periódico y sobre todo por su libro “Los vengadores de la Patagonia trágica”. Gendarmería Nacional, que no sabía nada de pacifismos, lo sacó de la redacción a punta de pistola, lo acusó de publicar “información estratégica” que podía servir el ejército chileno y otra vez debió marcharse.


Las persecuciones de Estela Martínez y la Triple A (creada por Perón en octubre de 1973) lo obligaron a exiliarse. A partir de 1975 se radicó en Berlín Oeste. Allí vivió hasta 1983, cuando el final de la dictadura militar le hizo posible regresar a la Argentina. Además, en su condición de periodista trabajó en “Noticias Gráficas”, “Esquel” y “Clarín”, y entre 1959 y 1962 fue el primer secretario general de la desaparecida Unión de Periodistas de Buenos Aires (UPBA).


Fue un profundo historiador del movimiento obrero anarquista de la Argentina. En ese punto se han hecho indispensables sus libros “Los anarquistas expropiadores” y “Severino Di Giovanni: el idealista de la violencia”. Amante del fútbol, escribió también una deliciosa historia de ese deporte: “Fútbol argentino”; también la novela “Rainer y Minau”. Más tarde colaboró en “Página/12” y en 2008 escribió el guión de la película “Auka Liwen”, con Mariano Aiello y Kristina Hille. Estrenada en 2010, es un documental sobre el despojo de tierras a los pueblos indios y el tardío proceso de proletarización a palos del llamado “gaucho”. Esa película fue declarada “de interés nacional” por el gobierno kirchnerista —con el cual en ese momento Bayer tuvo algún acercamiento— e hizo que los nietos de Martínez de Hoz (su familia fue gran beneficiaria del robo de territorios) lo demandaran a él, a Felipe Pigna y a Mariano Aiello. Ese juicio hizo que los demandados pergeñaran otro documental: “Martínez de Hoz”.


En 2008, 15 días después de ser declarado “ciudadano ilustre” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, una iniciativa de Eduardo Menem propuso que el Senado de la Nación lo declarara “persona no grata”, por impulsar la fusión de la Patagonia argentina con la chilena. Bayer consideraba que esa unidad geográfica propiciaría la creación de un Mercado Común Latinoamericano.


Vinculado siempre con la lucha de las Madres de Plaza de Mayo hasta la descomposición de esa entidad por la cooptación kirchnerista, dedicó gran parte de sus últimos años a la defensa de los pueblos originarios.


En definitiva, pacifista o no, Osvaldo Bayer fue un luchador sin tregua de las luchas obreras y populares.


Este lunes 24 de diciembre murió en Buenos Aires. Hasta la victoria, Osvaldo.