Cultura

19/7/2022

“Jurassic World Dominion”, la decadencia de una saga

La película corona la saga Jurassic World

Jurassic World: Dominion es el film que da cierre a la trilogía de Jurassic World, que forma parte a su vez de la franquicia Jurassic Park, cuya primera película -dirigida por Steven Spielberg y basada en un libro de Michael Crichton- fue estrenada en 1993. El hilo conductor de estas obras es la puesta en pie de parques turísticos de criaturas prehistóricas por parte de empresarios sin escrúpulos que buscan hacer dinero. Pero entre el trabajo original de Spielberg y la última trilogía, el deterioro es notable.

La última versión comienza con Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), ex gerente de operaciones del parque de Jurassic World y ahora directora del grupo activista Dinosaur Protection Group, irrumpiendo en un rancho donde se mantienen bebés dinosaurios comedores de plantas, e impulsivamente decide rescatar a uno de ellos, en una escena que concluye con el cuestionamiento autorreflexivo del film de: “¿por qué motivo estás haciendo esto?” Sin una respuesta que fundamente dicha pregunta retórica, la acción se traslada a las cabañas en las nevadas montañas de Sierra Nevada, donde Maisie (personaje surgido a partir de un experimento de clonación) vive con el antiguo entrenador de velociraptors del parque, Owen Grady (Chris Pratt). Los tres forman una familia nuclear improvisada enfocada en proteger a Maisie contra quienes quieren explotarla para obtener ganancias genéticas y financieras. La velociraptor Blue (según la visión del director, “semidomesticada” a la manera de una mascota) también vive con ellos, se ha reproducido asexualmente y tiene un hijo.

El conflicto central del film se desarrollará a partir de una trama de avaricia corporativa que involucra a una corporación irreflexiva y/o siniestra que habla de “magia” y “beneficios” pero está principalmente interesada en explotar a los dinosaurios y la tecnología que los creó. En este caso, el capitalista arquetípico al que hay que echarle la culpa es el Dr. Lewis Dodgson, un personaje de la película original que ha sido reutilizado y ascendido a director ejecutivo de la compañía BioSyn, que se encarga de contratar a otro personaje recurrente de “Jurassic”, B.D. Wong’s Dr. Wu (el encargado de dar vida a las criaturas), para criar langostas prehistóricas que están codificadas genéticamente para devorar todos los cultivos de alimentos, a excepción de las plantas modificadas vendidas exclusivamente por la empresa. Un ataque para eliminar a emprendedores independientes que se saldrá de control ante un nuevo “fallo” por parte del Dr. Wu (el cual nos tiene acostumbrados) pero que tendrá su nota redentora que lo libera de las responsabilidades atroces pasadas.

Al final, todos los caminos narrativos convergen en la sede de BioSyn, donde Alan Grant y Ellie Sattler de Neill y Dern han ido a pedir la ayuda del científico Ian Malcolm para obtener información ultrasecreta que pueda acabar con la plaga de langostas prehistóricas, y donde han llevado a la cría de velociraptor para que sus secretos genéticos también se puedan extraer. Dos nuevos personajes, una piloto mercenaria al estilo de Han Solo, Kayla Watts (DeWanda Wise), que dice que no quiere involucrarse en los problemas de los héroes y luego lo hace, y el desilusionado acólito de Dodgson, Ramsay Cole (Mamoudou Athie), se unen a la intriga, y presumiblemente se están presentando como la posible nueva generación que puede hacerse cargo de la franquicia en su próxima encarnación, en respuesta aparente a un elenco mayoritariamente blanco y ya entrado en años. El pase de “bengalas” para distraer al dinosaurio es claro.

La saga de Jurassic World hereda de la película original y del libro de Crichton un argumento interesante que ilustra el carácter depredador (valga la expresión) de la naturaleza por parte del capital, pero como no tiene mayores pretensiones que la recaudación de millones de dólares, lo estropea con un desarrollo de culebrón y desenlaces que licúan cualquier arista crítica.

La serie nuevamente toma una especie de procedencia latinoamericana como lo es el Ginatosaurus Carolini hallado por Rubén Carolini. El paleontólogo por afición confesó que no recibió ningún llamado en el que anuncien la participación de su descubrimiento en la película, ni mucho menos la invitación a ver el estreno, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Carolini se encuentra en descontento con la representación del dinosaurio en la película, ya que se lo plantea como un villano, y menciona que “si bien no tienen que darme algo y no pretendo algo, por lo menos me podrían haber llamado y decirme: ‘gracias a usted que encontró el dinosaurio hicimos la película’”.

Por supuesto, la franquicia regresará de alguna forma porque son demasiado grandes para cualquier estante de estudio. Por ahora, este ‘fin’ sirve como una pausa temporal que vale para dejar respirar a un vehículo de acuñación de dinero como es la serie de películas que tienen como protagonista al Parque Jurásico. Tal es el ADN que lleva impreso la película y el método de clonación preferido por los ejecutivos de la industria.

https://prensaobrera.com/cultura/a-40-anos-que-es-la-cosa