Cultura

28/12/2020

RESEÑA

La Evolución del Flow: las bases del hip hop argentino

A través de los 12 números del fanzine Moshpit Posse, Juan Data repasa la historia del rap y la cultura hip hop del Gran Buenos Aires.

La cultura hip hop, y particularmente el rap, en la actualidad se encuentran en un momento de clara expansión y aceptación en la juventud. Esto principalmente se hace evidente en la cantidad de batallas de freestyle existentes, no solo a un nivel más mainstream (Batallas de Red Bull, FMS, BDM, Gold Battle) sino también en plazas, escuelas, o cualquier ámbito callejero. A su vez, el rap encontró su lugar en el país no solo en su costado más competitivo, sino también en un subgénero proveniente del sur estadounidense: el trap. Sin embargo, la historia del rap no es un hecho reciente y ya a finales de los 80 y durante los 90 se comenzaba a gestar lo que hoy actualmente conocemos. Juan Data es el autor del libro “La Evolución del Flow” y como rapero y periodista vivió en primera persona el nacimiento y el crecimiento del hip hop en el Gran Buenos Aires durante esos años.

El libro se propone, a partir de los doce números del fanzine “Moshpit Posse”, contar la historia de una parte del hip hop argentino, no solo desde la óptica de ese momento sino también mediante la actualización y la autocrítica del propio autor. La existencia de este fanzine ha sido parte fundamental de la existencia del hip hop local y hasta el día de hoy es recordado por raperos de lo que se denomina la “vieja escuela” (aquellos que rapeaban o vienen rapeando desde los 80 y 90). En un momento en que el periodismo musical oficial no tenía en cuenta a este movimiento cultural y las discográficas consideraban al género como “música de negros”, este fanzine colaboró en la difusión y conocimiento de raperos como Mike Dee, Super A, Sindicato Argentino del Hip Hop, Mustafá Yoda, Encontra Del Hombre, 9 milímetros, entre tantos otros. Esta publicación, que nació como idea de Juan Data y Mr Sur como apéndice de otro fanzine de cómic que venían haciendo, rápidamente se convirtió en el único medio especializado en hip hop y contó con lectores que enviaban cartas desde Río Gallegos, Mendoza, Misiones y otros lugares del interior.

El libro no solo repasa los distintos números del fanzine entre los años 1996 y 1999 sino también que analiza el lugar que ocupaba el hip hop local con respecto a otros países como Chile, Brasil o México, que afianzaron un sonido característico de rap y consiguieron una legitimidad de forma más rápida. En este sentido se analiza la imposibilidad material de conseguir samplers y sintetizadores en el país, para aquellos raperos, de origen de clase obrera, del conurbano. Como así también la imposibilidad de conseguir discos y revistas especializadas en el tema frente a una hegemonía musical y comercial del rock.

La relación del rock con el rap es algo que no se puede pasar por alto y en el libro se rescata aquel parentesco que se da en los comienzos de las primeras bandas de rap donde casi obligadamente todas contaban con una banda con instrumentos. Esto no solo se daba porque había que encontrar un lugar en la música mediante el rock sino porque eran de más fácil acceso los instrumentos como la guitarra o la batería que la adquisición del mítico sampler MPC (instrumento electrónico base del rap norteamericano de los 90). Incluso en el mismo nombre del fanzine se encuentra de igual modo la relación con el rock, pero particularmente con el género derivado del punk, el hardcore. Muchas de las bandas pioneras del rap tenían músicos provenientes del hardcore o tenían bandas de ese estilo en paralelo, y es que durante un tiempo muchos raperos encontraron su lugar también en este género y hasta era casual que se haga mosh o pogo en los primeros recitales de rap.

Juan Data propone desde su libro analizar los aciertos del fanzine, como la revalorización de Jazzy Mel como constructor del hip hop en un momento en que estaba mal visto por otros raperos o era considerado factor de burla por parte de los otros géneros musicales. Como así también pone en crítica aquellos errores como la banalización de la importancia en el movimiento cultural de la banda Actitud Maria Marta, la poca valorización de Illya Kuryaki en ese momento o los desaciertos con el también constructor de los cimientos del hip hop argentino Mike Dee.

La evolución del flow, tal como lo dice su título, narra la historia del hip local desde el hip house de Jazzy Mel y MC Ninja, pasando por los artistas que participaron del primer compilado de rap producido por Zeta Bosio llamado Nación Hip Hop, donde se encontraban: Encontra Del Hombre, Bola 8, Sindicato Argentino del Hip Hop, Tumbas, AMC y Super A. Como así también la búsqueda de un sonido propio lejos del rock o las copias de otras bandas como Cypress Hill o Beastie Boys que se comenzó a dar a finales de los 90.

En un género en el que la protesta y la lucha de clases han estado presentes desde sus comienzos en Estados Unidos, el rap sigue siendo un medio de expresión de la juventud aun frente al avance de su faceta más bailable o competitiva. En un momento donde el rap y la cultura hip hop ya tienen su lugar propio y hasta reconocimiento en el país, este libro es fundamental para conocer de dónde viene el rap y hacia dónde se puede dirigir.