La grieta de Jorge Lanata
Otros premiados hicieron referencia a los periodistas despedidos y a los medios cerrados
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“En los últimos meses muchos compañeros, cronistas, movileros de otros medios, han quedado literalmente en la calle. Insisto con esto porque los periodistas queremos preguntar pero para preguntar necesitamos trabajar. Mi solidaridad con todos ellos”. Fue parte del discurso de Mario Massaccesi al recibir su Martín Fierro al mejor cronista/movilero. No fue el único: también el humorista Sebastián Presta (Duro de Domar), el guionista Pablo Ramos (Historia de un Clan) y el panelista Jonatan Viale recordaron a los colegas sin trabajo.
Sin embargo, como era de esperar, casi toda la atención de la noche se la llevó Jorge Lanata y el grupo de kirchneristas, conducido por Daniel Fanego, que lo chifló e insultó desde la mesa 43, en el fondo del salón.
Lanata les agradeció a Héctor Magnetto, José Aranda y compañía porque “PPT nunca hubiera podido salir al aire sin un canal que lo bancara periodística y técnicamente, y le diera libertad total para salir”. Así, la “libertad de prensa” depende del arbitrio de los patrones, de los dueños de los pulpos capitalistas de la comunicación.
La “libertad de prensa” está reservada a los grandes propietarios; ellos, y solo ellos, tienen “el derecho” de decidir qué se emite y qué no. Lanata hizo el elogio del periodismo empresarial, que por supuesto no defiende verdad alguna sino sus intereses y únicamente sus intereses.
Por otra parte, Lanata sostuvo que “en general, a los países les va mal por todos los que nunca dicen nada” en referencia a las “mayorías silenciosas”. El periodista se valió de la enorme tribuna que representa el evento, para lanzar una exhortación a los votantes de Macri, a exteriorizar su respaldo al gobierno. Aunque no fue una cadena nacional al estilo clásico, se trató de una variante de ella, que se valió del monopolio ejercido por los grupos empresarios de los medios de comunicación. De todos modos, la exhortación es tardía. Lanata se ha impuesto a sí mismo la tarea quijotesca de revitalizar a un gobierno cuyo capital político se viene consumiendo aceleradamente. Pretende prolongar artificialmente los efectos de la victoria de Macri, cuya imagen se viene desmoronando en forma proporcional al ajuste y su secuela de inflación y tarifazos.
Lanata volvió a atacar al “periodismo militante”, a aprovechar el armado mediático corrompido del kirchnerismo para atacar en general a la militancia y al periodismo que va más allá de “las dudas”, del periodismo de investigación que, en efecto, duda y desconfía de sus propias fuentes, que chequea y verifica pero, además, busca transformar en acción, en praxis, los resultados de sus investigaciones. Lanata ignora ex profeso la historia del periodismo desde la aparición del primer periódico de masas durante el primer cuarto del siglo XIX: The North Star (La Estrella del Norte), publicado por obreros cartistas. El primer mass media de la historia fue un periódico obrero, los grandes medios de la burguesía fueron una respuesta a ese fenómeno. La historia del gran periodismo es, sí, la del periodismo militante que se propone transformar la realidad que analiza y sobre la que informa.
Por último, “la grieta” de la que habló Lanata es otra falacia, una falsificación. El kirchnerismo no abrió grieta alguna; por el contrario, vino a cerrar la grieta abierta por el Argentinazo, la que abre todos los días la lucha obrera contra el ajuste y los atropellos patronales.