Cultura

29/12/2023

La ley “ómnibus” es un brutal ataque al arte y la cultura

El proyecto presentado por Milei plantea la eliminación o desguace de institutos culturales.

Organicemos la lucha. (Foto: Fede Imas, Ojo Obrero)

El proyecto de ley “ómnibus” presentado por el Ejecutivo nacional el miércoles 27 de diciembre tiene capítulos de los más diversos. Otorga superpoderes al presidente Javier Milei, limita las libertades democráticas de manifestación, elimina la movilidad previsional, privatiza empresas del Estado, y un largo etcétera. En ese cuadro, en el Capítulo 3 del proyecto, el gobierno se despacha con una serie de resoluciones que son un brutal ataque al arte y la cultura.

Eliminación del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto Nacional del Teatro

En las secciones 3 y 4 del capítulo mencionado se plantea la eliminación del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto Nacional del Teatro de un plumazo, y delegando en el Poder Ejecutivo la “reasignación de recursos humanos, presupuestarios y materiales”.

El Fondo Nacional de las Artes es un organismo descentralizado que data del 1958, y que “en la actualidad financia mediante becas, préstamos, concursos y subsidios a más de 30.000 artistas en todo el país”, según informaron sus trabajadores en un comunicado que rechaza la eliminación. Los fondos presupuestarios para ello provienen en su mayoría del cobro de un gravamen único y especial por el uso de obras de arte que ya se encuentran bajo dominio público, una suerte de financiamiento donde los “artistas del pasado financian a los artistas del presente”.

A través de las distintas políticas de fomento del FNA se impulsaron las carreras de artistas nacionales destacados, como Astor Piazzolla, Antonio Berni, Marta Minujín, Leonardo Favio, María Elena Walsh, Alejandra Pizarnik, entre muchos otros. Hasta el propio director designado por el gobierno de Milei, el cineasta y escritor Javier Torre, se mostró contrario a la medida planteada, manifestando en una entrevista a La Nación que “el FNA es una entidad intachable, admirada internacionalmente, que guarda la obra y el espíritu de nuestros artistas e intelectuales”.

También la eliminación del Instituto Nacional del Teatro (INT) está generando un cimbronazo. La creación del mismo, en 1997, fue el producto de una intensa movilización y lucha que tuvo como principales protagonistas a los teatristas independientes. Durante el año 2022 fue uno de los organismos que estaba apuntado -junto al Inamu, el Incaa y la Conabip- por la caducidad de los fondos de fomento específicos que se desprendía de una ley aprobada en 2017 durante el macrismo. Finalmente, luego de diversas movilizaciones se logró que el Congreso sancione la prórroga de estos fondos de fomento. Evidentemente, en el fondo de las disposiciones de esta ley del gobierno nacional está la intención de quedarse con estas asignaciones presupuestarias para otros fines, desfinanciando la cultura.

Las modificaciones en el Incaa, Inamu y Conabip van en el mismo sentido

En las secciones 1, 2 y 5 del capítulo 3 de la ley “ómnibus” también se modifican sustancialmente las leyes que regulan al Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip).

Luego de repetir en campaña que eliminaría el Incaa, Milei plantea ahora desmantelarlo. El proyecto elimina el 25% del financiamiento por recaudación de Enacom, que es una de sus principales fuentes de ingreso. Entre muchas disposiciones, también establece que no haya cuota de films nacionales en las salas, y se terminarían los festivales que impulsa el Incaa.

Además se modificaría la estructura del organismo otorgándole superpoderes al director designado por el Poder Ejecutivo, que pasaría a elegir el pleno del directorio, y elimina cualquier posibilidad de que sindicatos u organizaciones de cineastas puedan elegir representantes. Tampoco existirían más los adelantos en los subsidios, al tiempo que se prohibiría la posibilidad de pagar créditos con ellos (es decir que una producción no podría comenzar hasta recibir el dinero del Incaa). Los créditos se otorgarían a tasa de mercado, ya que elimina la obligación de licitar mediante la tasa más baja. Por último, y no menos importante, la modificación de la ley elimina la obligación del Incaa de mantener la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), que cuenta con alrededor de 1.000 estudiantes en el país, lo que a todas luces implicaría su cierre.

En el caso del Inamu las medidas son similares. Prácticamente se elimina su carácter de ente promotor de la música y, textualmente, pasa a ser un “organismo de subsidios” destinado a subsidiar “solo al espectador”. Se le quitan las funciones de promoción de la música en vivo y de fomento a la producción, distribución y difusión. Elimina las seis sedes regionales del instituto, donde funcionan centros de formación, de subsidios, de producción y sociales y culturales.

Las medidas alcanzan la derogación de los artículos que establecen hasta el momento la participación obligatoria de músicos y agrupaciones nacionales en medios del Estado y en recitales de músicos extranjeros, al tiempo que elimina el registro único de músicos y agrupaciones nacionales. Por último, al igual que el Incaa, reconvierte su estructura limitando las pocas características democráticas que tenía hasta el momento, ya que elimina la asamblea federal y el comité representativo, recayendo todas las funciones en el directorio electo por el Ejecutivo.

En el último capítulo el proyecto de ley ataca en particular al Conabip, derogando el financiamiento a las llamadas bibliotecas populares y disolviendo la junta representativa que las nuclea. Además, elimina una ley que establece beneficios para pasajes y tarifas hoteleras a actores y actrices para llevar sus obras a otras ciudades, y una ley que obliga al propietario que demoliera una sala de teatro a construir otra de iguales características en el nuevo edificio, una medida que seguramente estará pensada en favor de la especulación inmobiliaria.

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Organicemos la lucha en defensa del arte y la cultura

El paquetazo de Milei es un ataque en regla al arte y la cultura. Pega doble en un sector fuertemente golpeado desde hace tiempo por la extendida precarización laboral y la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos.

Los institutos mencionados, que en algunos casos han sido conquistados con luchas y en otros producto de políticas de cooptación a los artistas por parte del Estado, tienen su carácter progresivo en tanto fomentan con presupuestos distintas producciones que de otra forma no existirían. Es cierto que, en ese punto, tienen limitaciones que han sido denunciadas oportunamente en torno a la llegada del financiamiento, los montos, las asignaciones tendenciosas, el financiamiento a grandes productoras en desmedro de los grupos independientes en el caso del Incaa y un largo etcétera. Pero en este caso estamos frente al intento de quitar de un plumazo lo que para muchos artistas, en particular aquellos independientes, es la única oportunidad de sostener materialmente su producción.

La supuesta “libertad” de Milei se traduce inmediatamente en el abandono para los miles y miles de artistas populares y trabajadores de la cultura en general. No hay ningún hecho “liberador” en desfinanciar la cultura y reforzar el Estado embolsando todos esos recursos. Por eso, se impone la necesidad de organizar a los trabajadores del arte y la cultura de cada rincón del país para dar una pelea junto a los trabajadores contra el decretazo, la ley ómnibus y el plan motosierra de Milei.

Solo unas horas después de conocido el proyecto de ley ómnibus se abrió un importante proceso de deliberación entre artistas y trabajadores de la cultura. En ese marco hubo una gigantesca asamblea en el Teatro Argentino de La Plata y en otras ciudades del país, mostrando un gran compromiso de lucha. Para este sábado 30 se preparan abrazos al FNA y al INT, y una nueva asamblea de Unidxs x la Cultura para discutir el punto.

La lucha es ahora. Impulsemos asambleas de trabajadores en los teatros y centros culturales, de trabajadores, becarios y becarias del Fondo Nacional de las Artes y de los institutos referidos, y del conjunto de los trabajadores del arte y la cultura. Mediante la deliberación, preparemos una gran columna en la movilización del paro convocado por la CGT para el 24 de enero contemplando todos los reclamos pendientes por salario, contra la precarización laboral, por infraestructura.

https://prensaobrera.com/politicas/la-lucha-por-derrotar-el-ajuste-y-el-dnu-de-milei

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