Cultura

22/12/2009|1113

La punta del ovillo

Repercusiones del Felco en Uruguay

A sólo dos días de que el ex guerrillero Mujica resultara electo con más del 50 por ciento de los votos, de su masiva celebración bajo la lluvia y de su elocuente declaración de “ni vencedores, ni vencidos”, aterrizó en Uruguay el Festival Latinoamericano de la Clase Obrera (Felco) y sacudió a la izquierda uruguaya.

La organización corrió por cuenta de una comisión conformada por los compañeros de la Juventud Revolucionaria del PT, del sindicato de Adeom, de la Plenaria de Memoria, Verdad y Justicia, del grupo Cine Veráz, de la comisión de Cultura del Centro de Sociales. Se tuvo la enorme virtud de realizar una amplia convocatoria que incluyó desde los núcleos combativos, pasando por la Asamblea Popular, hasta a sectores de la izquierda del FA.

La masividad del acto de apertura, consecuencia de la presencia de Las Manos de Fillippi, mostró a una juventud enérgica y combativa, que luego iría nutriendo gran parte de las actividades políticas y culturales del Festival.

Uno de los artistas participantes, Jorge Bonaldi, en una nota sobre su participación saluda la presencia del candidato de la Asamblea Popular en la apertura, al tiempo que revela su sorpresa por encontrar tal cantidad de jóvenes.

La Asamblea Popular, que fue la expresión electoral más importante a la “izquierda” del FA, no representa los intereses nuevos de estos jóvenes, sino los viejos intereses y el viejo programa del FA, el cual pretende recuperar.

El problema de la impunidad concitó un interés especial, sobre él se suscitó la mayor movilización de masas de los últimos años en Uruguay para anular las leyes que absuelven a los represores.

La campaña por el voto a “la papeleta rosada” que, en simultáneo con la elección de primera vuelta servía de apoyo a la anulación, dejó al desnudo a la conducción del Frente Amplio y su pacto con la derecha.

Del debate participó uno de los abogados más destacados en la lucha previa. Su incorporación al parlamento como diputado “comunista” del Frente Amplio en la reciente elección se evidenció en la evasión del debate, del que literalmente se retiró.

La presencia de Cristian Henkel sacudió el debate del movimiento estudiantil en torno a dos ejes: la necesidad de la revolución universitaria frente al agotamiento histórico de la reforma, la tendencia dominante a la contrarreforma reaccionaria y la urgencia de un encuentro latinoamericano de juventudes de carácter anticapitalista, para poner freno al avance de la barbarie imperialista en la región.

Los sectores de la juventud que apoyó al FA -que dirige la FEUU- lejos de marcharse, dieron el debate y, finalmente, aceptaron la propuesta del encuentro.

Por último, el debate de la mesa del movimiento obrero, integrada por dirigentes clasistas de distintos sindicatos, giró en torno al problema del “nuevo sindicato” y la ruptura con el PIT-CNT. Luego de la proyección de una película sobre la lucha de los compañeros del Subte, un dirigente del sindicato de taxistas, ligado al PSTU de Brasil, se apresuró a señalar que había que hacer como en el Subte y romper con el PIT-CNT, generando un acalorado debate. Aquí los jóvenes argentinos que realizaron documentales sobre la lucha del Subte intervinieron señalando que no existen aún patotas fascistas en el PIT-CNT que vuelvan físicamente inevitable la ruptura. Aquí se trata de batir a la burocracia en los sindicatos del PIT-CNT para abrir una perspectiva al movimiento obrero uruguayo. Finalizado el debate, los presentes se comprometieron a darle continuidad para elaborar un programa y un bloque político para afrontar la tarea.

Al día siguiente, se acercaron al Festival trabajadores de la fábrica de cerámicos Metzen y Sena, que acababan de ocupar la planta de 750 trabajadores contra el vaciamiento patronal.
Las conclusiones políticas alcanzadas en la declaración final de la asamblea del festival representan un salto en la unidad de los sectores combativos comprometidos con la organización del Felco.

El Felco sirvió para reagrupar a una juventud con nuevos intereses y mostrar la punta del ovillo de la construcción de una alternativa política independiente de los trabajadores.
La tarea de los revolucionarios uruguayos ahora pasa por tirar de ese ovillo para destrabar la desmoralización que trae aparejada el aplastante triunfo de un frente de colaboración de clases.