Cultura

7/7/2007|899

Las palabras que no mueren

Sobre "Palabra viva"


La primera comisión directiva de la SEA (Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina), constituida el 7 de abril de 2001, comenzó el trabajo de recopilar textos de escritores/as desaparecidos durante la dictadura militar. Durante el mandato de la segunda comisión directiva se llega al número de 103, incluyendo, también, a los que sucumbieron por acciones de la Triple A antes del 24 de marzo del '76.


 


En el prólogo de Palabra viva. Textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado. Argentina 1974/1983, se explicita la intención de poner en circulación palabras que habían quedado en los agujeros negros de la historia, como memoria y homenaje, y como mensaje de resistencia y combate. No fue fácil esta recopilación, pues cada papel escrito a mano, la reproducción de poemas, cuentos, publicados en libros perdidos, como también algún borrador garabateado en la celda o en el “chupadero”, era repatriar a nuestro mundo a los que ya no están. Muy pocos de estos escritores conocieron en vida el reconocimiento de sus pares y lectores. Hoy conocemos a través de este libro su capacidad creativa truncada. Recorriendo las páginas de Palabra viva podemos conocerla, admirarla, aprehenderla y coincidir con el poeta costarricense Rodolfo Dada:


 


la palabra nostalgia no existe / no hay boca para ella. “Cada vez que se nombraba a escritores desaparecidos se nombraba a los cuatro o cinco que, con justo motivo, y con gran talento, por cierto, habían ya desarrollado una actividad literaria pública, respetada, que tenían lectores… como pueden ser Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Miguel Angel Bustos, Roberto Santoro”, expresó Víctor Redondo durante la presentación del libro en la Feria Internacional del Libro. “Pero más allá —continuó diciendo- de estos nombres y otros como los de Oesterheld y Urondo, hubo otros con una actividad literaria y que no fueron conocidos”.


 


Dos actos


 


Más de mil personas colmaron la sala Leopoldo Lugones el miércoles 4, cuando se presentó el libro, y varios centenares, ubicados en el vestíbulo del salón, lo seguían por una pantalla gigante. Luego de la presentación y de las palabras de Víctor Redondo, se continuó con la lectura de algunos textos del libro, realizada por Tito Cossa, la actriz Julieta Díaz, el poeta y editor José Luis Mangieri y, culminando, Cristina Banegas. Luego, finalizada la lectura, se hizo presente Kirchner con los ministros Tomada Filmus y José Nun, secretario de Cultura de la Nación.


 


Una vez instalado el nuevo escenario, se firmó el otorgamiento de 45 millones de pesos para la concreción de bibliotecas populares en todo el país. Una vez concluido esto, Kirchner afirmó: “No quiero que, cuando lleguemos al bicentenario (2010), todavía estemos sin saber qué pasa con las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida. Es hora de que la Justicia se expida”. El gobierno que bloqueó las extradiciones pide una declaración de inconstitucionalidad que en la práctica no significará nada.


 


Fueron dos actos totalmente diferentes por su contenido. Mientras el primero mantiene viva la memoria y exige castigo a los represores, el segundo exhorta a dejar actuar los “famosos tiempos” y chicanas de la Justicia, esto dos décadas después de las leyes de amnistía.


 


Nosotros, desde LuchArte, nos solidarizamos con los compañeros de la SEA en su lucha por mantener viva la palabra de los 30.000 desaparecidos y por la exigencia de justicia ¡¡YA!!


 


* Cárcel a los responsables materiales y políticos de los asesinatos de Kosteki y Santillán.


 


* Perpetua a los represores militares y civiles.


 


* Por el desprocesamiento inmediato de los 4.000 luchadores sociales.


 


* Por la libertad de todos los encarcelados por luchar.