Cultura

4/10/2007|1012

Ley del músico

El 8 de octubre vamos a Plaza de Mayo por nuestros derechos

Pasó año y medio desde las asambleas de músicos del Bauen que repudiaron la “matrícula” y los “exámenes de idoneidad” planteados por el decreto 520/2005 de Kirchner que reglamentaba la ley 14.597 del ejecutante musical.


La anulación del decreto dejó todo como estaba. La situación es de absoluta precariedad laboral: falta de promoción para el desarrollo de nuestra actividad y a merced de las “leyes del mercado” y empresarios de la cultura.


El gobierno, mientras se sacaba fotos con artistas notables que no habían aparecido en las asambleas, anunció la formación de una “Comisión Técnica” destinada a analizar el “Estatuto Profesional del Músico” y evaluar su modificación con la participación de “las representaciones sindicales (el Sadem, única representación gremial reconocida) y empleadores de la actividad”, ignorando a la Asamblea de Músicos Autoconvocada. Con el objetivo que salgan leyes que contemplen los intereses de las cámaras empresariales (Albistur, Pop Art, Hadad, Telerman), Kirchner da lugar a las demandas del sector empresarial para “limpiar” algunos aspectos de la ley que los perjudicaba. No hay que olvidar que los empresarios del espectáculo ligados al aparato del Estado (Albistur-Telerman) también se movieron para anular la ley (por motivos distintos que los músicos).


Un año y medio pasó y los músicos seguimos como entonces, en manos de las “leyes” y contratos de las empresas monopólicas del espectáculo, para actuar en vivo o grabar. Sin jubilación ni previsión social, sin lugares y en muchos casos pagando para tocar, asumiendo las responsabilidades civiles y penales ante eventuales accidentes como en Cromañón, siendo contratados en negro por el Estado y obligados a ser monotributistas.


Luego de Cromañón se barrió con casi la totalidad del circuito independiente y under para pasar a un nuevo estadio de concentración monopólica. En el rock regentean Pop Art y Hadad; en el tango, las casas para el turismo ancladas en San Telmo y Barracas, y en el circuito independiente ND Ateneo, La Trastienda y Torcuato Tasso, a costillas del trabajo de los músicos.


Más allá de sus promesas, el gobierno K tomó nota de que la nueva legislación no debe contradecir el actual “orden imperante”, este régimen de superexplotación y precariedad laboral que hoy sufrimos.


Desde LuchArte consideramos que para conquistar nuestras reivindicaciones debemos mantener independencia de los empresarios y el gobierno. Cualquier implementación legal (Ley y/o Instituto de la Música) debe contemplar un Directorio elegido en Asamblea de músicos autoconvocados, independiente de la cámara empresarial y el Estado, donde estén representadas las organizaciones de base y gremiales de los músicos y cuyos fondos provengan del dinero obtenido de impuestos a las ganancias de las grandes productoras y monopolios privados de la música, el cine y el espectáculo.


-Trabajo en blanco para todos los músicos.


-Jubilación y obra social para todos los músicos.


-Que los propietarios de los locales asuman las responsabilidades civiles y penales por la seguridad.


-Fuera los contratos basura. Fuera el monotributo obligatorio.


-Impuestos especiales a las ganancias de las grandes productoras y monopolios privados de la música, el cine y el espectáculo para financiar la previsión social.


-Comisión investigadora de músicos independiente, que revise las cuentas de Sadaic y Aaddi y que dé cuenta de por qué estas emisoras (Radio Nacional, De la Ciudad, Canal 7, etc.) hace años que no pagan un solo derecho.


Por todo eso, nos movilizamos el 8 de octubre, a las 16 horas, a Plaza de Mayo.